Page 252 - Libros de Caballerías 1879
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PALM ERÍN DE INGLATERRA
aquel tiempo podían sufrir mal reposo, no los de-
jaba descansar, antes renovando la batalla se tra-
baron de manera que quien de fuera los miraba no
juzgaba que nenguno del no quedaba para poder
entrar en otra parte, que los más de aquellos prín-
cipes y caballeros sentían tamaña pena que antes
tomaran por partido ser siempre presos que libres
si su libertad había de ser con la muerte de tal
caballero. Dramusiando y él se quitaron a fuera
por tomar algún descanso; Dramusiando, temiendo
que aquel sería el destruidor de sus fuerzas y que
allí se cumplía lo que Eutropa siempre anunciara,
pensó en si le cometería algún partido con que de-
jase la batalla; después, acordándose que tal come-
timiento para su honra era dañoso, quiso antes de-
jarse morir en ella que vivir con tal menoscabo a
su honra. El caballero de la Fortuna, que en el
mismo recelo estaba metido, comenzó a decir entre
sí —Si mi muerte ha de ser por causa de la liber-
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tad de tantos, aquí mejor que en otra parte es ella
bien empleada— ; mas volviendo a su señora, decía:
—Señora, si algún tiempo esperáis acordaros de mí,
sea éste, o al menos para que sepáis que con vues-
tro favor se alcanzó tamaña vitoria— . Estándole
encomendando el peligro de su batalla vio que Dra-
musiando venía contra él tomada la espada con en-
tramas manos, porque ya nenguno tenía escudo con
que se amparar, y apartándose del golpe le hizo
dar en vano, como todos los otros, dando los suyos
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