Page 261 - Libros de Caballerías 1879
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L^S FIESTAS DE LONDRES


     quien tanta gloría dejase como la suya será, ni por
     venir por muy largos años yo no alcanzo quien con
     mucha parte los iguale; pues quien tales hijos per-
     dió no debía vivir tan sin cuidado de tamaña pér-
     dida que los otros placeres la hiciesen ausente des-
     te acuerdo; por tanto acuérdeseos de  las palabras
     que Pridos os dijo el día de su nacimiento, y del
     perdimiento de don Duardos, que le dijera una don-
     cella; ya veis cuan verdaderas salieron; vuestros hi-
     jos están juntos con vos, y son tales, que han sa-
     bido pagar el pesar que ya os dieron. Vedes  allí a
     Palmerín de Inglaterra, que tantas lágrimas os  tie-
     ne costado y a quien vos posistes el nombre por su
     nacimiento conforme al de vuestro padre, y después
     el emperador su agüelo, sin lo saber, le tornó a con-
     firmar casi por espiración divina; pues Floriano del
     Desierto no es otro sino este caballero del Salvaje
     que vos como madre  criastes y como a hijo ajeno
     tenéis olvidado.
       Flérida puso los ojos en don Duardos tan recia-
     mente turbada, que no sabía de  sí, porque también
     el placer como el pesar hace aquestas mudanzas en
     quien  las  recibe  de  cosa que no  espera; y don
     Duardos puso también los suyos en ella, y así Pal-
     merín en Desierto ; mas conociéndose se fueron abra-
     zar, y el rey, que su edad no era para tan grande
     sobresalto, se acostó en la  silla, llamando a Daliarte
     le dijo:
       —¡Oh Daliarte!, no quisiera este placer tan sú-

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