Page 113 - Vuelta al mundo en 80 dias
P. 113

partes distintas: "Central Pacific", entre San Francisco y Odgen, y "Union Pacific", entre
                  Odgen y Omaha. Allí enlazan cinco líneas diferentes, que ponen a Omaha en comunicación
                  frecuente con Nueva York.

                  Nueva York y San Francisco están, por consi-guiente, unidas por una cinta no interrumpida
                  de metal, que no mide menos de tres mil setecientas ochenta y seis millas. Entre Omaha y
                  el Pacífico, el ferrocarril cruza una región frecuentada todavía por los indios y las fieras,
                  vasta extensión de territorio que los mormones comenzaron a colonizar en 1845, des-pués
                  de haber sido expulsados de lilinois.

                  Anteriormente se empleaban, en las circunstancias más favorables, seis meses para ir de
                  Nueva York a San Francisco. Ahora se hace el viaje en siete días.

                  En 1862 fue cuando, a pesar de la oposición de los diputados del Sur, que querían una línea
                  más meridional, se fijó el trazado del ferrocarril entre los 41 y 42 grados de latitud. El
                  presidente Lincoin, de tan sentida memoria, fijó, por sí mismo, en el Estado de Nebraska, la
                  ciudad de Omaha, como cabeza de línea del nuevo camino. Los trabajos comenzaron en
                  seguida, y se prosiguieron con esa actividad america-na, que no es papelera ni oficinesca.
                  La rapidez de la mano de obra no debía, en modo alguno, perjudicar la buena ejecución del
                  camino. En el llano se avan-zaba a razón de milla y media por día. Una locomo-tora,
                  rodando sobre los raíles de la víspera, traía los del día siguiente y corría sobre ellos a
                  medida que se iban colocando.

                  El "Pacific Railroad" tiene muchas ramificaciones en su trayecto por los estados de Iowa,
                  Kansas, Colo-rado y Oregón. Al salir de Omaha, marcha por la ori-lla izquierda del río
                  "Platter" atraviesa los terrenos de Laramie y las montañas Wahsatch, da vuelta al lago
                  Salado, llega a "Lake Salt City", capital de los mor-mones, penetra en el valle de la
                  Tuilla, recoite el desierto americano, los montes de Cedar y Humboldt, el río Humboldt, la
                  Sierra Nevada, y baja por Sacra-mento hasta el Pacífico, sin que este trazado tenga
                  pendientes mayores de doce pies por mil aun en el tra-yecto de las montañas Rocosas.

                  Tal era esa larga arteria que los trenes recorren en siete días, y que iba a permitir al
                  honorable Phileas Fogg  así al menos lo esperaba , tomar el 11, en Nueva York, el vapor
                  de Liverpool.

                  El vagón ocupado por Phileas Fogg era una especie de ómnibus largo, que descansaba
                  sobre dos juegos de cuatro ruedas cada uno, cuya movilidad permite salvar las curvas de
                  pequeño radio. En el interior no había compartimentos, sino dos filas de asientos dispuestos
                  a cada lado, perpendicularmente al eje, y entre los cuales estaba reservado un paso que
                  conducía a los gabinetes de tocador y otros, con que cada vagón va provisto. En toda la
                  longitud del tren, los coches comunicaban entre sí por unos puentecillos, y los viajeros
                  podían circular de uno a otro extremo del convoy, que ponía a su dis-posición
                  vagones cafés. No faltaban mas que vagones-teatros, pero algún día los habrá.

                  Por los puentecillos circulaban, sin cesar, vende-dores de libros y periódicos, ofreciendo su
                  mercancía, y vendedores de licores, comestibles y cigarros, que no carecían de
                  compradores.
   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117   118