Page 142 - Vuelta al mundo en 80 dias
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Con extraordinaria rapidez, el tren pasó el estado de lowa, por el Counciai Bluffs, Moines,
                  lowa City. Durante la noche, cruzaba el Mississippi, en Daven-port, y entraba por
                  Rock lsiand en Illinois. Al día siguiente, 10, a las cuatro de la tarde, llegaba a Chica-go,
                  renacida ya de sus ruinas, y mas que nunca fiera-mente asentada a orillas de su hermoso
                  lago Michigan,

                  Chicago está a 900 millas de Nueva York, y alli no faltaban trenes, por lo cual pudo mister
                  Fogg pasar inmediatamente de uno a otro. La elegante locomotora del "Pittsburg Fort
                  Waine Chicago", partió a toda velocidad, como si hubiese comprendido que el honorable
                  gentleman no tenía tiempo que per-den Atravesó como un relámpago los Estados de
                  Indiana, Ohio, Pensylvania y New Jersey, pasando por ciudades de nombres históricos,
                  algunas de las cuales tenían calles y tranvías, pero no casas todavía. Por fin, apareció el
                  Hudson, y el 11 de diciembre, a las once y cuarto de la noche, el tren se detenía en la
                  estación, a la margen derecha del río, ante el mismo muelle de los vapores de la línea
                  Cunard, llamada, por otro nombre, "British and North American Royal Mail Steam Packet
                  Co."

                  El "China", con destino a Liverpool, había salido cuarenta y cinco minutos antes.



                  XXXII


                  Al partir el "China" se llevaba, al parecer, la últi-ma esperanza de Phileas Fogg.

                  En efecto, ninguno de los otros vapores que hacen el servicio directo entre América y
                  Europa, ni los transatlánticos franceses, ni los buques de la "White Starline", ni los de la
                  Compañía Imman, ni los de la Línea "Hamburguesa", ni otros podían responder a los
                  proyectos del gentleman.

                  El "Pereire", de la Compañía Transatlántica Fran-cesa, cuyos admirables buques igualan en
                  velocidad y sobrepujan en comodidades a los de las demás líneas sin excepción, no partía
                  hasta tres días después, el 14 de diciembre, y además, no iba directamente a Liver-pool o
                  Londres, sino al Havre, y lo mismo sucedía con los de la Compañía "Hamburguesa~'; así es
                  que la tra-vesía suplementaria del Havre a Southampton hubiera anulado los últimos
                  esfuerzos de Phileas Fogg.

                  En cuanto a los vapores Imman, uno de los cuales, el "City of Paris", se daba a la mar al día
                  siguiente, no debía pensarse en ellos, porque, estando dedicados al transporte de
                  emigrantes, son de máquinas débiles, navegan lo mismo a vela que a vapor, y su velocidad
                  es mediana. Empleaban en la travesía de Nueva York a Inglaterra más tiempo del que
                  necesitaba mister Fogg para ganar su apuesta.

                  De todo esto se informó el gentleman consultando su "Bradshaw", que le reseñaba, día por
                  día, los movi-mientos de la navegación transoceánica.
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