Page 30 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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Permítame  preguntarle  lo  obvio.  Si  Jesús,  el  Hijo  de  Dios,  el  Salvador  sin  pecado  de  la
            humanidad,  pensó  que  valía  la  pena  dejar  libre  su  calendario  para  orar,  ¿no  será  sabio  que

            nosotros hagamos lo mismo?

                No solo que Él pasaba regularmente tiempo con Dios en oración, sino que pasaba regularmente

            tiempo en la Palabra de Dios. Por supuesto, no vemos a Jesús sacando de su mochila un Nuevo
            Testamento  encuadernado  en  cuero  y  leyéndolo.  Lo  que  sí  vemos,  sin  embargo,  es  el

            impresionante ejemplo de Jesús, en el fragor de la tentación en el desierto, usando la Palabra de
            Dios para enfrentarse a Satanás. Tres veces fue tentado, y cada vez repelió el ataque con la frase:

            «Está escrito en las Escrituras» ( Lucas 4.4 , 8 , 12 ), y entonces citó un versículo. Jesús estaba tan

            familiarizado con las Escrituras que no solo sabía el versículo, sino que sabía cómo usarlo.

                Después tenemos la ocasión cuando a Jesús se le pidió que leyera en la sinagoga. Se le dio el

            libro  del  profeta  Isaías.  Halló  el  pasaje,  lo  leyó,  y  declaró:  «Hoy  se  ha  cumplido  esta  Escritura
            delante de vosotros» ( Lucas 4.21 ). Se nos da el cuadro de una persona que sabe abrirse paso en

            las Escrituras y puede reconocer su cumplimiento. Si Jesús pensó que era sabio familiarizarse con

            la Biblia, ¿no deberíamos hacer lo mismo?

                Si vamos a ser como Jesús, si vamos a tener oídos que oyen la voz de Dios, entonces hemos
            hallado dos hábitos dignos de imitar: los hábitos de la oración y de la lectura de la Biblia. Considere

            estos versículos:



                    Gozosos  en  la  esperanza;  sufridos  en  la  tribulación;  constantes  en  la  oración  (

                    Romanos 12.12 ; cursivas añadidas).




                    Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella,
                    no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo

                    que hace ( santiago 1.25 ).



                Si vamos a ser como Jesús, debemos tener un tiempo regular para hablar con Dios y escuchar

            su Palabra.






            ESPIRITUALIDAD PRESTADA




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