Page 32 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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Escuchar a Dios es una experiencia de primera mano. Cuando Dios pide su atención, no quiere
            que  usted  envíe  a  un  sustituto;  lo  quiere  a  usted.  Le  invita  a  usted  a  tomar  vacaciones  en  su

            esplendor. Le invita a que usted sienta el toque de su mano. Le invita a usted a que disfrute del

            banquete a su mesa. Quiere pasar tiempo con usted . Y con un poco de adiestramiento, su tiempo
            con Dios puede ser el punto más destacado de su día.

                Un amigo mío se casó con una soprano de ópera. A ella le encantan los conciertos. Sus años en

            la  universidad  los  pasó  en  el  departamento  de  música,  y  sus  recuerdos  de  la  infancia  son  de
            teclados y graderíos de coros. Él, por otro lado, se inclina más hacia los partidos deportivos y la

            música popular. También ama a su esposa, así que, ocasionalmente asiste a la ópera. Los dos se

            sientan  juntos  en  el  mismo  auditorio,  escuchan  la  misma  música,  con  dos  respuestas
            completamente diferentes. Él se duerme, y ella llora.


                Creo que la diferencia es más que gustos. Es preparación. Ella ha pasado horas aprendiendo a
            apreciar el arte de la música. Él no ha dedicado ninguna a eso. Los oídos de ella son sensibles

            como un medidor Geiger. Él no puede diferenciar entre staccato y legato . Pero está tratando de

            hacerlo. La última vez que hablamos de conciertos, me dijo que se las arregla para permanecer
            despierto. Tal vez nunca tenga el mismo oído que su esposa, pero con el tiempo está aprendiendo

            a escuchar y a apreciar la música.






            CUANDO SE APRENDE A ESCUCHAR



            Estoy convencido de que nosotros también podemos. Equipados con las herramientas apropiadas

            podemos aprender a escuchar a Dios. ¿Cuáles son esas herramientas? Las siguientes son las que

            he hallado útiles.

                Un tiempo y lugar regulares . Seleccione un período en su horario y un rincón en su mundo, y
            sepárelo para Dios. Para algunos tal vez sea mejor hacerlo en la mañana. «De mañana mi oración

            se presentará delante de ti» ( Salmo 88.13 ). Otros prefieren por la noche y concuerdan con la

            oración de David: «Suba mi oración delante de ti como … la ofrenda de la tarde» ( Salmo 141.2 ).
            Otros prefieren muchos encuentros durante el día. Al parecer el autor del Salmo 55 lo hacía así.

            Escribió: «Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré» ( Salmo 55.17 ).







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