Page 35 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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Mis hijas ya están muy crecidas para esto, pero cuando eran pequeñas, en la cuna y con pañales,
yo llegaba a casa, gritaba sus nombres y las veía venir corriendo con sus brazos extendidos y
chillando de alegría. Por los siguientes minutos hablábamos el lenguaje del cariño. Rodábamos por
el suelo, les acariciaba la barriga, les hacía cosquillas y nos reíamos y jugábamos.
Nos alegrábamos con la presencia del otro. No me pedían nada como no fuera: «Juguemos,
papá». Yo no les exigía nada, como no fuera: «No le pegues a papá con el martillo».
Mis hijas me dejaban que las quisiera.
Pero supóngase que mis hijas se me hubieran acercado de la manera en que nosotros a
menudo nos acercamos a Dios: «Oye, papá: Me alegro de que hayas llegado. Esto es lo que
quiero. Más juguetes. Más dulces. ¿Podemos ir a un parque de diversiones estas vacaciones?»
«¡Hey!» Hubiera querido decir. «No soy mesero, ni tampoco esto es un restaurante. Soy tu
padre, y esta es nuestra casa. ¿Por qué no te subes a las rodillas de papá y me dejas decirte
cuánto te quiero?»
¿Ha pensado alguna vez que Dios quisiera hacer lo mismo con usted? Ah, Él nunca me diría tal
cosa . ¿No se las diría? Entonces a quién le estaba hablando cuando dijo: «Yo te he amado con
amor eterno» ( Jeremías 31.3 , VP)? ¿Estaba Él jugando cuando dijo: «¡Nada podrá separarnos del
amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!» ( Romanos 8.39 , VP)? Sepultado
entre las minas muy poco explotadas de los profetas menores se halla esta gema:
Jehová está en medio de ti, poderoso, Él salvará; se gozará sobre ti con alegría,
callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos ( Sofonías 3.17 ).
No pase demasiado rápido por ese versículo. Léalo de nuevo y prepárese para una sorpresa:
Jehová está en medio de ti, poderoso, Él salvará; se gozará sobre ti con alegría,
callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos ( Sofonías 3.17 ).
Note quién está activo y quién está pasivo. ¿Quién es el que canta, y quién es el que descansa?
¿Quién se alegra por su ser querido, y por quién se regocija?
Tendemos a pensar que nosotros somos los cantores y que es de Dios de quien cantamos. En
la mayoría de los casos esto es así. Pero evidentemente hay ocasiones cuando Dios quisiera que
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