Page 8 - El maquinista de la General
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verdadero de la época, y esto a pesar de la inicial reticencia de Keaton. Como
señalaba en cierta ocasión, «era tan ridículo que dudamos si sacarlo o no por
temor a que el público pensara que lo habíamos inventado». Afortunadamente
fue incluido en la producción, y el cañón terminó protagonizando uno de los
momentos más recordados de la historia del cine mudo.
Parte IV: Una producción muy costosa
Como acostumbraba desde el inicio de su carrera
cinematográfica, Keaton rechazó ser doblado por otros actores en las escenas
de riesgo. Feliz con un tren de verdad para él solo, aprendió a conducirlo hasta
ser capaz de hacer todos los malabarismos escénicos que vemos en la cinta. En
cada toma Keaton gritaba «¡Acción!» y se sumergía de inmediato en la escena,
y el operador de cámara tenía orden de rodar hasta que Buster exclamara
«¡Corten!»… o se matara.
Secuencias antológicas
Con todo, la escena de mayor riesgo fue,
no obstante, la menos aparente y quizás
la más bella de su carrera. Rechazado
injustamente por la chica, Keaton se
siente invadido por un estado de profunda
melancolía sentado sobre la biela de su
locomotora, que de pronto comienza a
funcionar con él encima: «En esa toma mi
vida dependía de la pericia que tuviera el
maquinista -explicó el realizador años
después-. La máquina tenía que arrancar
muy lentamente, porque si las ruedas resbalaban sobre los rieles, cosa bastante
frecuente, yo podía caer hacia atrás y ser despedazado por la locomotora».
El rodaje comenzaba muy temprano cada mañana y se prolongaba hasta el
atardecer. Keaton continuaba entonces el trabajo hasta bien entrada la noche
preparando, con ayuda de sus colaboradores, el rodaje del día siguiente. Como
otras grandes obras del cine cómico mudo, El maquinista de la General se
realizó sin un libreto totalmente definido. Con pocas excepciones, los gags se
ideaban, se desarrollaban y se ensayaban sobre la marcha. Y cuando una idea
no funcionaba, Keaton detenía la actividad y se dedicaba a pensar, explorando
nuevas posibilidades, hasta que ideaba una solución para la escena o
descartaba la situación que producía el bloqueo.