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La misión y la visión en el acompañamiento-acción asume que cada actor que trabaja en
un centro educativo puede hacer aportes valiosos para mejorar el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Además, mejorar los procesos administrativos y de gestión. Incluyen los
actores que en alguna medida tienen vínculos directos y no directos con el sistema
educativo.
El acompañamiento como enseñanza. Esta corriente asume que el acompañamiento es
una estrategia que coloca al acompañante y el acompañado en una relación de enseñanza y
aprendizaje con papeles intercambiables. Esta relación supone asumir posiciones
interactivas en un ambiente completamente democrático.
El acompañamiento como liberación del potencial humano. Esta corriente asume que la
supervisión es una estrategia que coloca al acompañante y al acompañado y demás actores
que laboran en la organización educativa deben desempeñarse en un clima que les permita
liberar toda su potencialidad. Este clima debe permitir; alta valoración de los sujetos y los
objetos que forman el patrimonio de la organización; posibilidad de tomar decisiones y
asumir cambios innovativos.
Un ambiente de alta moral y condiciones democráticas son los dos factores fundamentales
para acompañante y el acompañado pueden liberar sus potencialidades: profesionales,
sociales, morales, ideológicas, emocionales, tecnológicas, etc.
Las corrientes hasta aquí anotadas permiten asumir que todas forman parte del
acompañamiento democrático. Esta visión comprende, además las innovaciones
tecnológicas que se puedan incluir en la práctica supervisiva.
De igual modo el acompañamiento incluye corrientes actuales como: la interactiva,
constructiva, reflexiva, el acompañamiento creativo, transaccional, transformacional,
liderazgo orientado a las personas o liderazgo a las relaciones, liderazgo orientado a la
tarea.