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Profesionales de la Salud
Como en cualquier proyecto informático, los usuarios son un punto fundamental en el éxito o fracaso
tanto en el desarrollo como en la implantación
Los profesionales de la salud, son afectos a usar tecnología, se desempeñan en una actividad que está
colmada de tecnología y que ha sufrido grandes transformaciones en poco tiempo. Sin embargo se han
mantenido históricamente en la posición de usuario pasivo, o sea el que recibe un producto final y lo usa
o no, como viene dado. Cuando lo enfrentamos a ser un usuario activo, a definir necesidades, a compar-
tir la responsabilidad del éxito o fracaso del desarrollo, entonces levanta barreras y se vuelve resistente
al cambio.
Por otra parte, la interacción con profesionales de otras áreas no es el fuerte de médicos y otros profesio-
nales en la salud. Su formación y filosofía de trabajo hacen difícil la interacción transdisciplinaria.
Pese a ello, los proyectos de HCE requieren de la participación de los profesionales de la salud, tanto si se
opta por desarrollar como si se opta por comprar. Ellos son los usuarios finales de estos sistemas; de su
aceptación depende su éxito o fracaso. Pero, además hay que considerar que estos usuarios finales son
los expertos del sistema, son los que conocen las necesidades, los paradigmas y los valores que se deben
manejar, sin dudas son los que representan la cultura de las organizaciones. Ese conjunto de atributos los
convierte en jugadores poderosos a la hora de tomar decisiones institucionales.
Estas características, entre otras, hacen que los proyectos de HCE requieran de profesionales expertos
que puedan amalgamar las visiones, necesidades y paradigmas de los profesionales de la salud y los pro-
fesionales de la informática. Este es el lugar que viene a ocupar la Informática Médica. Una nueva disci-
plina que es 100% transdisciplinaria, no implica saber diagnosticar, ni saber programar, implica entender
y gestionar el espacio intermedio entre ambos.
Análisis de uso de las HC
La HC que habitualmente se usan en las instituciones de salud está escrita en papel y como se ha comen-
tado tiene una larga historia de uso y conocimiento. Hay algunos aspectos de su uso que vale la pena
analizar.
En primero lugar es interesante considerar las dificultades que implica su conservación y almacenamiento.
La cantidad de hojas, carpetas y volúmenes que se generan a lo largo de la vida de cada paciente genera
necesidades de espacio, condiciones ambientales especiales para su conservación y toda una estructura
de RRHH para su administración, clasificación, recuperación, y mantenimiento. Todas estas condiciones
no se cumplen en la mayoría de las instituciones pese al trabajo y dedicación de los profesionales de Re-
gistros Médicos, pues los costos que conlleva están por fuera de la mayoría de los presupuestos.
Esto hace que muchas veces, cuando el usuario/paciente llega a una consulta, su HC no esté disponible,
o no esté completa.
El tiempo que insume localizar la HC de un paciente, el registro de su salida del archivo, etc., hace que
casi nunca esté disponible en las asistencias de la Puerta de Emergencia, ámbito en el cual, en general,
se trabaja sin la HC previa
Estas dificultades en hacer llegar las HC a los ámbitos asistenciales, han llevado a que los archivos se frac-
cionen; se definen diferentes archivos para diferentes sucursales o para áreas específicas (CTI, Diálisis,
por ejemplo) Lo que lleva al fraccionamiento de la información y a la falta de disponibilidad oportuna.
Esta realidad, lleva a que los médicos induzcan al paciente a guardar parte de la HC en su casa, por ejem-
plo: estudios radiológicos, resultados de exámenes. Con esto se logra que esos resultados nunca formen
parte de la HC y que no estén disponibles si se necesitan.
Por otra parte, si la HC es requerida en una instancia científica o docente, no está disponible para la asis-
tencia; si se requiere para sacar datos administrativos o de costos, no está disponible para la asistencia
y viceversa.
Reflexiones sobre Ingeniería