Page 123 - Edición N° 26

En alguna medida, toda interpretación de la ley tivos de la imputabilidad, a los que cabe atribuir
supone, pues, algún grado de imputación, como los aspectos más relevantes en materia penal
atribución de su significado.13 En igual sentido, que permitan llevara cabo una valoración judi­
la afirmación de cada una de las categorías dog­ cial. Es así que la totalidad de estos elementos
máticas del delito también encierra una imputa­ y el enlace de los mismos mediante las corres­
ción propia. Sin embargo, en el sentido amplio pondientes valoraciones, es lo que constituye
d e l c o n c e p to d e im p u ta c ió n , q u e alcan za a to d a el juicio definitivo de la conducta humana en
la labor de la doctrina jurídica en cuanto a que cuestión, en materia de responsabilidad penal,
no es meramente descriptiva, debe diferenciar­ al que se denomina delito.’5
se del sentido más concreto que tiene el término
"imputación" cuando se emplea para expresar Conforme a lo señalado, la imputación objetiva
un elemento particular de la teoría del delito ha constituido el primer paso más importante
como la imputación objetiva.14 que se ha dado y cuya finalidad ha sido dirigida
a precisar la responsabilidad del autor, mediante
La teoría jurídica del delito, cuya elaboración la constatación de que su acción ha sido llevada
U niversidad de Lima que se adoptan de los que resulta la responsa­ siguientes serán la imputación del acto típico
a cabo conforme a un tipo penal específico."Los
compete fundamentalmente a la parte general
del Derecho penal, tiene por objeto la determi­
como ¡lícito y la imputación del acto típico ilícito
nación de las condiciones de atribución de res­
como culpable".16 Es decir, desde sus orígenes,
ponsabilidad penal. Desde esta perspectiva, el
contenido posible de los juicios o valoraciones
la idea de la imputación objetiva fue concebida
en el marco de la explicación causal de la acción
y estuvo estrechamente vinculada con los
bilidad penal, están en mayor o menor medida
Facultad de Derecho de la condicionado a las posibilidades de valora­ esfuerzos realizados para distinguir la noción
de acción, de la noción de acción culpable.
ciones implícitas ya en los mismos objetos de
Como lo señala HURTADO POZO, el objetivo
tales valoraciones. Por ello, la teoría jurídica del
buscado era restringir la noción demasiado
delito tiene entre sus objetivos primordiales el
descubrir la totalidad de los elementos o datos
amplia de causa propuesta por la teoría de la
ópticos o anteriores en que se puede apoyar
equivalencia de las condiciones, para lo cual
cada valoración jurídica en particular, así como
resultaba indispensable recurrir a diversos
criterios que permitiesen explicar por qué, en
definir los contenidos de las valoraciones espe­
por alum nos de la cíficas jurídicas y penales que fundamentan la algunos casos, una acción no era conforme al
tipo penal a pesar de que existiera de manera
responsabilidad, lo que en líneas generales se
contrae a determinar el sentido ético— social
evidente una relación de causalidad.17
que se refiere en particular a una conducta
La categoría de la imputación objetiva es creada
humana (injusto), y las condiciones bajo las
cuales puede ser reprochada esta conducta a
en un intento por superar la causalidad como
Revista editada su autor (culpabilidad). En ese sentido, el juicio elemento fundante del injusto. De ahí que se
ubique sistemáticamente en la parte objetiva
de responsabilidad solo puede resultar de la
comprobación de que estén dados todos los
del injusto, en contraste con el aspecto subjetivo
del mismo. Esta decisión sistemática obliga a
elementos — de carácter ontológico— constitu­
13. ANTÓN VIVES. Fundamentos del sistema penal, 1996, pp. 305 y 309.
126 14. MIR PUIG, Santiago. Significado y alcance de la imputación objetiva en derecho penal, en Nuevas formulaciones en las
ciencias penales, cit., pág. 71.
ADVOCATUS 15. GRACIA MARTÍN, Luis. Fundamentos de Dogmática penal: una introducción a la concepción finalista de la

responsabilidad penal, cit., pág. 78.
16. Ibíd., pág. 431.
17. Ibíd., pp. 432 y 433.

1 2 0 L u i s L a m a s P u c c i o