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de Esteban Escobar. Mientras unos jóvenes
estudiantes platicaban en la calle, hombres
armados se acercaron y dieron muerte a uno
de ellos con exceso de crueldad. El segundo
ocurrió en otro de sus sectores; en la entrada
cerca de la Alcaldía. Donde un grupo pistola en
mano terminó con la vida del Alcalde.
Nadie dimensionó las consecuencias de esas
dos muertes. Pero, como dijo alguien, “las
cosas comenzaban”. Para Armenia era la punta
de una larga tragedia, que poco tiempo más
tarde llevaría a emigrar al 80% de su población
joven. Rene Arriaza, que fue testigo del primer EL PARQUE ANTES DE FINALIZAR LA
ataque, dijo que “en esa época nadie pensaba DÉCADA DE LOS NOVENTA SE CONVIRTIÓ
que andaban matando por asuntos políticos, EN UN PEQUEÑO MERCADO.
al menos nadie se daba por enterado, especial-
mente en un pueblo donde sus jóvenes no estaban
metidos en nada”.
A partir de esos acontecimientos, el parque
no volvió a ser como antes. La banda guardó
sus instrumentos y la música se fue para otro
lado. Las parejas no formaban más parte del
paisaje romántico de otras épocas.
Pronto sus ocupantes fueron otros. Juan de
Dios Galán cuenta que entonces, cuando regre-
saba de su trabajo de telegrafista a su casa, “ya
un poco oscurito pasaba por el parque y veía a los
soldados apostados tras los arbustos y mator-
ralitos, como listos para cruzarse a alguien y la
gente los veía con temor”.
Roberto Arévalo, al invocar esos años los cal-
ifica como difíciles. “Vino una serie de cosas
que impactaron. Recuerdo que yo tenía la lotería
enfrente de la iglesia, como a los “diitas” que
asesinaron al Alcalde. Funcionábamos en las
aceras del parque y como a las seis de la tarde,
explotó una bomba de propaganda, aprovech-
aban la aglomeración de la gente”, acentúa.
Resalta que con todo eso, “Ya empezó la
zozobra y el miedo. De repente que mataron a
“Fulano” y ya no paró. Con la muerte de Pedro
Sánchez, un comérciate muy conocido de la ciu-
dad, el terror se disparó. En el día daba miedo,
no digamos en la noche”, enfatiza.
“Y uno, a saber por qué – recalca- pues no
andaba en nada. A las cinco de la tarde toda la EL PARQUE SE CONVIRTIÓ EN TERMINAL
gente esperaba el bus, para ir a dormir a los por- DE BUSES Y VENTAS INFORMALES.
tales de Santa Tecla y regresaban al día sigui-
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