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JULIETA LILIAN
ESTHER DÍAZ
HERNÁNDEZ
maras o niños sin futuro”. posible que el primer escrutinio haya sido tan
Con el tiempo, como en toda elección, el bajo. Imagínate que X compró 500 votos para
escenario comenzó a moverse, no todo era ya mí; Y, compró 1000 y Z compró 2000; ellos
fascinación, sencillez o “glamur”; la polémica propios han acudido a confesarme su vehemente
no se hizo ajena y dijo presente. deseo de que yo sea la reina de las fiestas y estos
Una de las primeras controversias asomó con votos no aparecen en las urnas. Sin embargo,
la selección de la señorita Reina Esther Portillo, según se supo, esto no fue más que un alarde,
la soberana de 1959. La disputa en su contra a la hora de la hora no hubo nada en los platos.
se sustentaba en un hecho: “no era oriunda Puros inventos y bolas”.
de Armenia”. María Isabel Hidalgo, la soberana de 1978,
Se habló tanto de esa elección que terminó también despertó pasiones, que llegaron hasta
en comentarios burlescos en el programa de las las coplas del programa de las fiestas de ese año.
fiestas. Ese año, la contienda se definió medi- Los argumentos parecían ser los mismos que
ante la venta de votos. Práctica que generó treinta años atrás; matizados con el localismo
murmuraciones, entre ellos: “Que la comisión y la elección.
hizo fraude en la elección”. Esta vez se recurrió a las coplas, adornadas
A los organizadores esas palabras no les con el encabezado: Cositas de la Elección:
sentaron nada bien. Por lo que dieron por Un voto para mi niña/ Exclamaba con tris-
respuesta: “Lo que se impone en estos casos es teza/Y en medio de aquella riña/Se frotaba la
la mayor compra de votos”, señalaban. Aún más cabeza/
en su afán de contrarrestar las críticas adversas Corría por todos lados. /Sin dudar de su
soltaron una nota sarcástica: experiencia/Aunque andaba bien sudado/No
“…Se lamentaba una bella señorita: No es perdía la paciencia/
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