Page 73 - HOMO_VIDENS
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aludiendo a las palabras nación, Estado, soberanía, democracia, representatividad,
burocracia y después, en una segunda remesa, a los términos justicia, legitimidad,
legalidad, libertad, igualdad, derecho. Aludo también, por poner algunos ejemplos, a
palabras como desocupación, inteligencia y felicidad. Todas estas, decía, son palabras
abstractas y, por tanto, conceptos (concepciones) que no tienen ningún correlativo
visible adecuado. En el vídeo estos conceptos no se ven porque es imposible traducirlos
a imágenes. Sorprende, es más, deja pasmado, cómo en la «cultura del vídeo»
(digámoslo así) esta casi total decapitación del mundus intelligibilis pasa prácticamente
desapercibida. ¿Es que no hay cosas que entender? Sí, seguro que las hay. ¿Y estas
cosas que hay que entender son adecuadamente explicadas y explicables en imágenes?
No, seguro que no. Y entonces, cómo es posible no darse cuenta o tomarse a la ligera
este hiperproblema (si existe el hipertexto, también es lícito que exista el
hiperproblema): si y cómo la ciudad del hombre puede basarse en un «conocer por
imágenes» que no la explica y que no la hace entender.
Es cierto que una imagen puede valer más que mil palabras. Pero también es verdad que
un millón de imágenes no dan un solo concepto. Resumo en tres puntos. Primero: ver no
es conocer. Segundo: el conocer puede ser ayudado por el ver. Tercero: esto no quita
para que el conocer por conceptos (el conocer en sentido fuerte) se despliegue por
entero más allá de lo visible. Lo siento por el tele-ver, pero es así.
8. LO VIRTUAL ES UN VACÍO
La revolución multimedia! es, en su premisa tecnológica, la revolución digital. Y el
elemento distintivo del goingdigital, del «ser digitales» de Negroponte (vid. supra, págs.
61-63) es que modifica radicalmente nuestro «situarnos en el mundo». Hasta ahora el
hombre ha afrontado y reflejado el mundo real; ahora es proyectado en la creación de
mundos virtuales. La tierra prometida el negropontismo, promocionada por sus
proliferantes gurús y hechiceros, es, así pues, un mundo —como diría Luis Rossetto—
de «digigeneracionales» dedicados a la cibernavegación en lo virtual. Y mi pregunta es:
¿esta tierra prometida es una tierra firme, o es más bien una tierra poco estable que se
apoya en el vacío?
Para responder me remito una vez más al niño y especialmente a la pedagogía del
hipertexto. Como ya sabemos (vid. supra, págs. 185-190), en la pedagogía del
hipertexto el niño se convierte en «autor-creador» que se mete como quiere en un texto
polimorfo, en el punto que quiere y haciendo lo que quiere.
Y la implicación de este acercamiento es —leo— la de romper la «lógica lineal» que
hasta ahora nos ha «esclavizado», y romper por tanto el principio mismo de la