Page 153 - El Misterio de Salem's Lot
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—Tal vez la desaparición del chico de los Glick también se aclare.
—Es posible.
—Pero tú no lo crees. ¿Qué sabes de ese hombre, Straker?
—Absolutamente nada —declaró Ben—. Ni siquiera estoy seguro de querer
conocerlo. En este momento estoy trabajando en un libro que es inseparable de cierto
concepto de la casa de los Marsten y de quienes la habitan. Y si descubro que Straker
es un hombre de negocios normal, como sin duda lo es, se romperá el esquema. De
modo que...
—No creo que sea el caso. Sabes que hoy abrió su tienda. Susie Norton y su
madre pasaron por allí... demonios, la mayoría de las mujeres del pueblo se dio una
vuelta para espiar un poco. Según Dell Markey, que es una fuente de información
fidedigna, hasta Mabell Werts se dejó caer. Parece que se trata de un hombre
fascinante. Elegante, con mucha gracia, totalmente calvo. Y encantador. Me dijeron
que vendió varias piezas.
—Vaya —sonrió Ben—. ¿Nadie ha visto la otra mitad del equipo?
—Se supone que está en viaje de negocios.
Matt se encogió de hombros con inquietud.
—No lo sé. Es probable que todo sea perfectamente normal, pero esa casa me
pone nervioso. Es casi como si los dos la hubieran buscado. Como tú dijiste, parece
un ídolo instalado en lo alto de la colina. Ben asintió. —Y por si esto fuera poco,
tenemos la desaparición de otro chico. Y el hermano de Ralphie, Danny, muerto a los
doce años. Causa de la muerte: anemia perniciosa. —¿Y eso qué tiene de raro? Es
lamentable, ciertamente...
—Mi medico es un tipo joven, se llama Jimmy Cody. Fue alumno mío en el
instituto. Es un medico excelente, aunque entonces era un pequeño diablo. Sea como
sea, todo esto no son más que comentarios. Habladurías.
—Ya.
—Yo fui a hacerme un examen, y casualmente comenté que era una pena lo del
chico de los Glick, y qué tremendo para los padres después de la desaparición del
otro. Jimmy me dijo que había consultado el caso con George Gorby. El chico estaba
anémico, sí. Pero él me dijo que un recuento de glóbulos rojos en un muchacho de la
edad de Danny ronda el noventa por ciento. El de Danny estaba en el cincuenta por
ciento.
Ben dejó escapar un silbido de asombro.
—Estaban poniéndole inyecciones de vitamina B y de hígado, y parecía dar buen
resultado. Iban a darle el alta al día siguiente.
—Más vale que Mabel Werts no se entere de eso —comentó Ben—, porque
empezará a ver indígenas con cerbatanas por el parque.
—No se lo he comentado a nadie más que a ti, ni pienso hacerlo. Y de paso, Ben,
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