Page 31 - Libro de Filosofía II
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abolición  de  los  privilegios  de  casta,  Owen  aspiraba  a  la  supresión  de  las

                  contradicciones de clase, al establecimiento de la igualdad social entre los hombres.

                  Criticaba severamente el régimen capitalista: la propiedad privada, la estructura de


                  clase, la división del trabajo, el reino de la competencia, la depauperación creciente

                  de los obreros, &c. “¡Qué locura!”, exclamaba Owen con indignación, “que el sistema

                  social irrazonable de hoy haya apartado de su camino a esta fuerza enorme; que en


                  lugar  de  riquezas  y  virtudes,  no  engendre  sino  miserias  y  crímenes!”.  En  esta

                  contradicción, Owen veía uno de los flagelos de la sociedad. Sin embargo, como

                  todos los socialistas utópicos, Owen estima que la raíz del mal social no está en el


                  modo  de  producción  capitalista,  sino  en  la  ignorancia  de  los  hombres,  que  son

                  inconscientes de su propia naturaleza. Creía que las contradicciones sociales serían

                  eliminadas  por  medio  de  la  difusión  de  conocimientos  y  de  la  verdad.  Owen


                  consideraba la historia como idealista, viendo en ella sólo un progreso gradual de

                  los conocimientos humanos. Soñando con un orden social nuevo, socialista, en el

                  que  la  comuna  sería  la  célula  elemental,  Owen  se  alzaba  contra  la  lucha


                  revolucionaria  del  proletariado.  En  su  opinión,  la  refundición  socialista  de  las

                  relaciones sociales no puede ser realizada por medio de la violencia, por medio de

                  la revolución. Al igual que los otros socialistas utópicos, Owen no comprendía el


                  papel histórico de la clase obrera. Fundaba sus esperanzas en la iniciativa de las

                  clases  dirigentes  y  en  los  gobiernos,  pero  en  vano  solicitó  su  concurso  para  la

                  instauración de un orden social razonable. Owen dirigió sus proyectos a Nicolás I,


                  a la reina Victoria, &c.

                  Los defectos esenciales del socialismo de Owen, subrayaba Engels, residen en su
                  tolerancia hacia la burguesía, en el carácter abstracto de sus principios, en la
                  incomprensión de las leyes del desarrollo histórico. Los socialistas ingleses, escribe

                  Engels,  son  “perfectamente  suaves  y  apacibles”,  y  consideran  el  “furor”  de  los

                  obreros contra los burgueses como estéril. Ellos predican la filantropía y el amor


                  universal. Pero los méritos históricos de Owen son grandes., la de Owen
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