Page 18 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
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Editorial HL | Literatura Moderna
unos veinte centímetros. Yo mismo vi la abertura varias veces en las que el necio
Giorgio andaba mendigando por ahí, apenas en calzoncillo de tela, sin camisa, aun mas
flaco que Diógenes, en la miseria, durante su último año de vida.
De cuando Georgio fue joven, recio y fuerte, se recuerda esta leyenda:
Giorgio, necio Giorgio.
Curioso bebió y conjuro.
Y pues algo paso, un día, con uno se peleó.
Mas su rival, con solo verle de frente corrió…
Extraña forma de ganar, pensó él.
Pero esa misma noche, la madre del cobarde, a la madre de Giorgio busco.
Diciéndole.
Señora, a su hijo Giorgio debe cuidar, usted vera…
En cama y fiebre, perdido mi hijo esta.
Dice que…
Por la tarde cuando con su hijo se peleaba
Detrás la sombra de un demonio se le apareció.
Así como defendiendo a su hijo.
Cuide a Giorgio, porque algo trae.
Y bien, ahora que soy mayor, pienso que Giorgio era perseguido por las sombras, solo
eso y nada más. Pero las razones, seguro Giorgio las sabe muy bien.
El día de su entierro, recuerdo que había un espejo en su casa y en el pude ver
marcada la garra de un ser, plasmada descaradamente en una especie de bao,
embarrada como si hubiera pasado por ahí algo arrastrándose por las paredes. Más no
me sorprendió, puesto que desde años atrás yo ya había visto manifestaciones.
Como cuando a los doce me llevaron con unos maestros espiritistas.
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