Page 22 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
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Editorial HL | Literatura Moderna
solamente dejándose oír su vos en tono infantil por doquier, como en un enorme
auditorio vacío.
Me dijo que si era él y me contestaba rápidamente todas las tonterías que le
preguntaba, como por ejemplo que si donde estaba lo trataban bien y si había algo que
pudiera hacer por él, sin embargo él me dijo que no necesitaba nada, solo plegarias,
porque en donde él estaba, había seres que lo empujaban, así en la obscuridad, me
dijo que estaba en un sitio lleno de gente de pie, apretados y sin espacio para respirar,
todos avanzando en manada, muy lentamente hacia una luz que otras voces de ese
lugar mencionan.
Mi amigo me comento que mientras hablábamos, el seguía caminando entre todas
esas personas, apenas un paso cada año.
Me sorprendí y note que tenía miedo, mucho miedo porque pude ver en mi mente a
esa multitud apretada y a ciegas, pudriéndose en la ceguera y el calor de su situación.
Así que apreté los ojos y pensé en la vidente que me había llevado hasta ahí,
apretando mis manos, y sentí las suyas haciendo lo mismo, en señal de que entendía
mi pesar.
Me saco de ahí, diciéndome unas palabras al oído, haciéndome ver primero destellos
blancos que iluminaron el abismo y me iluminaron la cara hasta confundirme en su luz,
despertando en ese momento donde había comenzado. De pie frente a la joven
vidente muy sorprendido de lo que había comprobado que si existía.
-¡Ves!, me dijo la mujer entusiasmada, –Tu puedes ver pequeño hombrecito, así que
porfavor, si un día te vuelvo a ver, apiádate de mí y recuerda que yo te lo dije. Porque
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