Page 52 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
P. 52

Editorial HL | Literatura Moderna


                  con cara de niño, paliducho, con túnica negra, en cuanto vi, ya estaba sentado frente a


                  mí y mi maestro. A bordo, sonriente, me miro con su fulgor juvenil y a pesar de que yo

                  era un joven de dieciocho años, percibí al instante que se trataba de un ser muy viejo


                  pero muy feliz, demasiado para lo que me habían contado sobre el por todos lados en


                  los días previos a conocerlo.



                  -Lir, -Dijo mi maestro, emocionado con su barca canosa, haciendo una reverencia que

                  solamente le había mirado hacer con otros maestros más sabios que el en Inglaterra.


                  De tal manera que hice lo mismo y lo reverencie, a lo que él se rio diciendo:



                  -No lo hagan más, su presencia me complace, ustedes llegan y yo me voy. Pero antes


                  una  pregunta  para  ti  muchacho;  -Me  dijo  con  toda  confianza,  porque  claramente

                  estaba en pleno control de cada uno de sus movimientos, incluso del de cada tendón y


                  musculo.



                  - ¿Es cierto que quieres conocer a una bruja?



                  -Si, -Le conteste emocionado, porque esa era la causa de nuestro viaje y de la herida


                  que  traía  mi  maestro  desangrándolo  bajo  sus  mantos.  –Si  quiero  verla,  pero  antes

                  ayuda a mi maestro, -le suplique sin obtener respuesta más que la de, -Así sea, que tu


                  deseo primero se cumpla, de manera que mi hablar es la verdad, de que hoy veras a

                  una bruja, además, debes saber que un día, después que te mueras, serás mi maestro


                  y me contaras las cosas que veras a donde yo no he ido aun. –Sentencio de la nada con


                  esas  palabras  el  encapuchado  mirando  a  mi  maestro  con  aires  de  complicidad.  Y

                  entonces me di cuenta que yo era un bicho en medio de un tazón de magia, así que


                  decidí jugar con él para ver que sucedía, comentando:







                                                            52
   47   48   49   50   51   52   53   54   55   56   57