Page 58 - Visiones de Alejandria | 3ra edicion | Editorial HL 2019
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Editorial HL | Literatura Moderna
semejante evento metafísico, obviamente, explicándome que la fuerza de la caravana
solo era visual, por lo que no harían daño a nadie físicamente si no eran provocados o
tomados en cuenta.
De tal forma, que la noche del gran evento, mientras la hoya se estaba calentando, las
brujas Raf, Nag y yo, preparábamos una rica sopa de piedra que le ofreceríamos a los
seres que pasaran por ahí. Esto era posible, porque las brujas y yo también éramos (o
somos), seres no humanos.
Para la sopa, ellas llegaron con papas y muchas piedras redondas y lisas, perfectas para
mi receta. Mientras Nag pelaba y picaba las papas, yo mezclaba los ingredientes, todos
los vegetales con el filete de ternero gordo que había conseguido con un rabino
anoche, echándolo dentro del caldo que ya hervía, bien cortado sin hueso. Y en eso
Raf me dijo:
-Hubieras traído a Fausta, mi hermana adora estas cosas. Míralos, dijo señalando las
calles que ya brillaban con la luz emanada por las formas que ya estaban en pleno
cruzando masivamente (aunque, también había otras empezando a volar como locas
por los cielos debido a que estaban alegres). -Es que son tantos, -continúo diciendo y
sirviendo Matza en un recipiente, -seguro han caminado con tanto empeño que ya han
podido abrirse un paso entre nosotros; es impresionante, mira la cortina boreal que
sale del mar, son ellos y sus recuerdos, pobres, hermosos, han sacrificado mucho para
ver este lugar, Ohh Noruega, si yo te viera. Finalizo la vieja bruja tomando asiento en
una roca.
Debo decir ahora, justo ahora; que Raf era ciega de nacimiento. Pero una excelente
vidente.
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