Page 191 - Resiliente
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Esperamos unos segundos y no vimos a Mauro por allí, pero

                   no nos preocupamos demasiado al principio, Máximo salto por
                   el agujero y movió la camioneta para poder entrar y acomodamos

                   todo de nuevo para sellar la reja bien, fue cuando avanzamos
                   y vimos la barricada abierta cuando nos preocupamos.



                   Acelere el jeep hasta las tres casas y pare en seco, mire

                   entonces la puerta de la casa abierta, el corazón se me acelero,
                   Máximo y yo bajamos gritando los nombres de nuestras parejas

                   y repentinamente Mauro salió por la puerta principal corriendo
                   hacia nosotros, con una alegria en su rostro.



                          —¡Lo lograron! —dijo.

                          —¿Qué paso? —dijo Máximo con dureza —la barricada esta
                   toda tumbada...

                          —Se metieron un par —dijo Mauro, entonces nos enseno
                   su bastón al que había enrollado un cuchillo filoso y largo

                   de cocina con cinta adhesiva industrial, se parecía a una hoz
                   —esto es más útil de lo que eh creído y...



                   Repentinamente los ojos de Mauro quedaron en blanco al ver

                   a Sandra, y luego se llenaron de una calidez, euforia y brillo
                   que pocas veces había percibido, me gire y Máximo se apartó,

                   Sandra grito algo que no pude escuchar y que asumo ha sido
                   el nombre de amigo antes de brincarle encima y enrollarlo entre

                   sus brazos y piernas, Mauro hizo lo mismo y se mantuvieron
                   cuchicheando y abrazándose, pocos después Sandra comenzó

                   a llorar sin consuelo alguno.



                   Mauro la consoló y yo inmediatamente pude entender la actitud
                   de Sandra abajo, y también supe de todos los horrores que segu-

                   ramente había sufrido, tantos, como para querer acabar su vida.


                   El emotivo momento duro poco, Mauro se giró tomando a Sandra
                   de la mano y la guio a la casa, queria mostrarle todo el refu-

                   gio y demostrarle que puede sentirse comoda aquí, espero y ella
                   se adapte con facilidad.




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