Page 192 - Resiliente
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Hable con Máximo sobre ir a cerrar la barricada pero me ignoro

                                    y fue a reunirse con Cleo que esperaba sonriendo en la puerta,
                                    Camila llego por un lado y me tomo de la mano antes de plan-

                                    tarme un beso en los labios, ambos entramos, Camila y Sandra se
                                    conocían mejor de lo que yo a ella, y se abrazaron al saludarse.



                                    Mauro estaba feliz, Cleo estaba feliz... había mucha felicidad

                                    y yo no puedo evitar escribir que me contagie de aquel momento,
                                    me aleje de todos esos pensamientos terribles, habíamos triun-

                                    fado, habíamos recogido cientos de kilos de comida, habíamos
                                    avanzado más en nuestra misión, era un triunfo que había que

                                    justificar con sonrisas, incluso con celebración.



                                    Mauro comenzó a hablar con Sandra y luego se dirigió hacia
                                    Máximo, quien comenzó a contarle sobre la faena, Camila

                                    me abandono y subió las escaleras después de decirme que Laura
                                    estaba en la ducha en esos instantes.



                                    Yo me gire y me dirigí hacia el jeep para comenzar a sacar las

                                    cajas de comida, minutos después me percate de la presencia
                                    de Sandra a mis espaldas, su cara estaba enrojecida de llorar

                                    tanto, pero ahora estaba serena, tranquila... a diferencia del
                                    terrible dolor, la debilidad y el odio que había percibido

                                    cuando la encontramos.



                                            —Gracias, gracias... —dijo ella mirándome —de verdad
                                    te agradezco que...

                                            —No tienes que —dije neutralmente.
                                            —No si tengo —dijo ella mirándome y agarrándome del brazo

                                    —si tengo, me salvaste la vida allí abajo... me recordaste que
                                    estoy con vida... y tienes razón, han muerto demasiados...

                                    —sus ojos se aguaron —solo... gracias. —dandome un beso en la
                                    mejilla y sonriendo.

                                            —Estoy en deuda contigo...
                                            —Compénsamelo viviendo —dije yo agarrándola del brazo

                                    —y dando esperanza a todos aquellos que ya no la tengan...
                                    habrá mucha más gente... espero.




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