Page 24 - Resiliente
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Lunes 14 de mayo, Bitácora del doctor Mario Donoso.
8 a. m.
Tengo una hora despierto, escribo una vez más antes de partir,
llevare mi bitácora en el bolsillo izquierdo de la chaqueta de
estilo policial con muchos bolsillos que llevo, es de color
negro, soy un hombre de un metro setenta y cinco, blanco casi
pálido, tengo el cabello largo y oscuro que me cae en la frente
en un fleco, tengo ojos oscuros aunque si me convierto se tor-
naran blancos, soy algo robusto de pecho, brazos y espalda
amplios... recuerdo las veces que estuve en el plan de levantar
pesas... eso es lo que conservo de aquello.
Una vez más pido encarecidamente lector, que, si encuentran la
bitácora tirado en el suelo o de mi cuerpo y aún estoy enclaus-
trado en la maldición, sáquenme del sufrimiento y péguenme un
tiro…te doy mi bendición, voy saliendo... continuare mi plan...
12 m.
Pedregosa Alta, Urbanización San Andrés; estoy sentado en mi
comedor... no tengo fuerzas para escribir, no las tengo... no
las tengo... mi papel está manchado con mis lágrimas, mi su-
dor... llegue al fin a mi maldita urbanización, jamás había sen-
tido tal dolor en mi existencia, y menos me hubiese imaginado
sufrirlo antes.
De todos modos, relatare por más doloroso que todo esto pueda
resultar para mí lo que me paso, con mucho temor tome mi mochi-
la y metí todo lo que considere útil en el centro comercial, lo
tome todo apurado, había muchos Revividos en la parte frontal,
de suerte, logre parar en jeep en el estacionamiento del sótano,
tome algo de alimento enlatado que había en la feria de comida,
y obvie todo lo demás, simplemente corrí hacia el estacionamien-
to y baje hacia mi jeep, una vez salí a la calle pude presenciar
el terror del que se había alimentado mi ciudad durante las
últimas horas y no pude ver por la oscuridad de la noche.
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