Page 248 - Resiliente
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Máximo levanto las cejas y Cesar nos miró con burla, los dos
entraron a la casa para ver si era verdad, mientras Carlos
miraba el rostro magullado de Mauro.
—Mierda les dieron duro...
—Deberías ver al otro. —dijo Mauro escupiendo sangre.
Máximo y Cesar volvieron riéndose.
—¡Maldita sea no bromeaban esa cosa es gigantesca! —dijo
Máximo entre risas. —¿Cómo mierda hicieron para joderla?
—Luego te cuento Máximo, —dijo Mauro. —solo vámonos de
este endemoniado lugar...
—Esto será histórico, —dijo Máximo sonriendo ampliamente.
—Mauro y Mario se cargaron a un Z físico culturista... joder...
es hasta para una novela.
—Cierra la boca. —dije yo.
Salimos de la urbanización, dejando aquella pesadilla atrás
(A Mauro y a mí nos costó realmente un esfuerzo sobre humano
saltar la reja para salir) las heridas del rostro de Mauro eran
numerosas, tenía doce astillas de madera enterradas en un lado
de la cara, un ojo morado y la boca rota.
Repare todo eso de inmediato, yo por otro lado tuve un labio
roto y un diente flojo, y una enorme cortada cerca de un ojo,
más dos enormes morados en la espalda, le dije como y Laura me
ayudo a curarme pero luego de eso ambos recibimos un regano es-
pantoso por nuestras parejas que a la final se convirtió en lá-
grimas y alegatos de “Como mierdas nos vamos a arriesgar tanto,
son unos locos” es sorprendente como las mujeres se coordinan
para quejarse por que Cleo reprendió a Máximo por no habernos
ayudado con aquella cosa.
Carlos, siendo electricista mostraba gran habilidad, e instalo
en unos cuarenta y cinco minutos, quizás una hora, la bomba
hidráulica, en eso Cesar aprovecho y limpio el tanque.
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