Page 246 - Resiliente
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     Grite y taclee al zombi antes de que clavara la podrida mandí-
                                    bula en el hombro de Mauro, pero este en un ataque de ira soltó
                                    a Mauro con tal fuerza que se estrelló y rompió la madera del
                                    closet, aturdido por el golpe con la madera, Mauro intento le-
                                    vantarse varias veces, yo encare a la criatura que mediría un
                                    metro noventa, el monstruo era realmente lento, pero jamás ha-
                                    bía visto tanta fuerza como para lanzar a un hombre como Mauro
                                    contra un closet así, lance varias abanicadas con el hacha has-
                                    ta que un enorme brazo se estrelló contra mi rostro quebrándome
                                    el labio y lanzándome al suelo, el monstruo se acercó hacia mí
                                    y escuche a Mauro estrellarse contra su torso e intentar levan-
                                    tarlo, pero en un rápido movimiento el zombi lo tomo del cabe-
                                    llo y Mauro comenzó a gritar desesperadamente.
                                    Me levante y apuñale a la criatura con el hacha en el costado,
                                    y como antes el zombi lanzo a Mauro esta vez contra la ventana
                                    rompiendo los vidrios y cayendo de espaldas en la terraza,
                                    el zombi comenzó a molerme a golpes hasta que sentí su enorme
                                    peso sobre mis piernas, grite y con todas mis fuerzas sostuve
                                    su gigantesca mandíbula que iba directo hacia mi cuello,
                                    la sostuve, pero comencé a perder fuerza.
                                    Horrorizado comencé a moverme, a desesperarme, hasta que vi a
                                    Mauro brincarle encima y tomarle del cuello, y con el cuchillo
                                    de cocina apuñalarle la cara, el Z comenzó a lanzar gritos
                                    extraños y monocordes hasta que volvió a hacerse con Mauro
                                    por la franela y lanzarlo hacia el suelo con fuerza colosal.
                                            —¡MIERDA! —grito Mauro todo moreteado y cansado.
                                    Yo grite y me lance contra la criatura (que tenía el cuchillo
                                    de Mauro clavado en la mejilla y aún seguía de pie) lo tome por
                                    la cintura y lo levante lanzándolo contra la pared, sentí sus
                                    enormes brazos golpeándome la espalda y dejándome sin aire,
                                    en eso escuche el alarido de furia de Mauro lanzándose a su vez
                                    hacia el monstruo, sentí el peso de Mauro en la espalda y luego
                                    una retahíla de groserías.
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