Page 249 - Resiliente
P. 249
Descubrí que esos dos nos iban a ser realmente útiles, igual
Ana, que nos preparó una reparadora comida cuando volvimos
todos a casa, los muchachos también hacían su parte, jugue-
teando con el perro, limpiando el patio y también entusiasmados
por vigilar y decir cuando venía un zombi a nosotros para
poderlos eliminar, pero en realidad el gran trabajo que estaban
haciendo era alegrarnos con sus risas y sus ruidos de juego,
eso nos volvía humano de nuevo.
Me pregunto, en qué punto de los días venideros la angustia, el
dolor, el miedo y quizás aún más profundo el horror... volverá
a cubrirnos con su manto, me pregunto quién de nosotros ira a
morir primero... no puedo evitar pensar en lo efímera que es la
vida en casos como este, cualquiera de nosotros, por más gran-
de fuerte y sano, puede ser atrapado por esos demonios que nos
superan en número de mil a uno... me pregunto quién más estará
allí afuera esperando a ser rescatado, y hasta ahora me eh pre-
guntado ¿tendrá razón Máximo sobre la gente loca en la ciudad?
Supongo que... lo sabremos todo más rápido que tarde...
Hablando de Máximo, las pocas pastillas que hemos administrado
la noche pasada y el día de hoy han aliviado un poco sus accesos
de tos, sin embargo se, como médico, que esto no va a durar,
y que si cualquiera de nosotros enferma con una neumonía
severa (Gracias a Dios no fue el caso de Máximo) entonces
los Z tendrán la comida servida.
Necesitamos medicinas de inmediato, Mauro ha estado planeando
algo sobre eso, dentro de todos sus horrores mentales y emocio-
nales con Sandra, tengo entendido que para este punto tienen
una buena relación... me pregunto si Cesar se acoplara a esa
relación de amistad, o más bien Mauro se acoplara a la rela-
ción de Cesar y Sandra.
Por otro lado eh visto a Máximo rondando mucho las tumbas de mi
madre y de la abuela de Mauro, se la pasa conmovido en esos ins-
tantes, aunque cuando anda por allí no lo demuestre demasiado.
249

