Page 241 - Resiliente
P. 241

—¿A dónde vas? —le dije.

                          —Iré con ustedes. —dijo ella.
                          —No, nada de eso, quédate con las muchachas, ellas defen-

                   deran el refugio.
                          —¿Me voy a quedar haciendo eso toda la vida?

                          —Pues siendo la que tienes más agallas aquí, sí. —dije con
                   firmeza. —cada quien tiene que poner un poco de su parte.

                          —Yo quiero formar parte de las escaramuzas, te lo vengo
                   diciendo desde hace tiempo y como nadie me para más pelotas...

                   me dirijo hacia ti. —dijo ella como si no le hubiese dicho nada.
                          —Sandra tu eres la primera opción de relevo para cualquie-

                   ra de nosotros, ya te tocara, —dije. —pero por el momento
                   te vas a quedar aquí ¿Si?.

                          —Ok. —dijo con pesar.
                          —Gracias. —me gire y comencé a caminar para alcanzar al

                   grupo, luego mire a Cesar observando a Sandra por encima del
                   hombro y sonriéndole, volví a mirar a Sandra que estaba atrás y

                   ella le sonreía de vuelta.



                   Oh demonios esto no le va hacer gracia a Mauro, espero solamen-
                   te que esto no estalle alguna guerra entre estos dos...

                   de todos modos comprobaremos el valor de Cesar y Carlos hoy
                   mismo porque en realidad no espero que tengamos tanta suerte

                   siempre, detesto ser pesimista, pero a decir verdad no creo que
                   encontremos el motor o algun respuesto hoy mismo.


                   Salimos del portón por la puerta peatonal, caminamos por la

                   acera y nos detuvimos, una urbanización se levantaba frente
                   a nosotros, hundiéndose entre dos grandes muros, en realidad

                   era prometedora para un refugio adjunto, quizás pudiéramos
                   meter a mucha gente en ese lugar... pero por ahora ideas a tan

                   gran escala estaban descartadas, eso implicaría una enorme can-
                   tidad de provisiones y medicinas, ni hablar de control.



                          —Podemos comenzar por allí —dijo Carlos mirando un par de

                   enormes pozos azules al fondo de la urbanización que era una
                   sola calle recta.




                                                                                                                     241
   236   237   238   239   240   241   242   243   244   245   246