Page 70 - Resiliente
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—¡Mauro! —grite yo siendo ahorcado por mi amigo, recuer-
do sus dedos hundirse en mi carne, Mauro me miraba con un niño
asustado, como despertado de una pesadilla. Luego reconoció mi
rostro y relajo mi mano.
—tu... tu —dijo el varias veces —tu... tu...
Entonces comprendí que lo que nos había dicho en el almacén
había sido un reflejo mecánico “Loco... te tardaste” era como si
hubiese estado ensayando la frase, como si toda su esperanza
hubiese estado en ella. No se creía que me estuviese mirando,
tosió y escupió sangre, la vía estaba haciendo efecto se estaba
hidratando lentamente.
—Tu... Laura... ¿Cómo?...
—Los mensajes —le dije agarrándole la cabeza —estas
a salvo, vinimos por ti, Laura está bien.
—No... no... su herida... infección...
—Lo sé, cuando vaya la tratare, pero es una chica muy
audaz, se estuvo limpiando la herida —dije yo —se paró la
infección, pero creo...
Mejor no le decía en aquel momento que podría tener que ampu-
tarle el brazo, no era el mejor momento para eso, cuando
escucho eso, Mauro recostó lentamente la camisa, mire su
abdomen que estaba fruncido, sus costillas salían, tres días
sin comer y él ya era flaco, recuerdo su figura atlética, ahora
la miraba flácida y débil, pálido, demacrado…al borde del pre-
cipicio sin retorno.
—Cleo... Camila...
—Están bien —le dije —a salvo en la pedregosa...
—¿Y tú papa?
—Escapo —le dije rápidamente —con mis tíos y hermana,
espero aun vivan, me refugio en pensar que están en algún con-
trol militar a salvo...
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