Page 233 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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MÁS  ALLÁ  DE  LAS  FRONTERAS  POLÍTICAS  233


      acuñadas hacia el 170 por los reyes bactrianos Eutidemo III, Agatocles
      y Pantaleón, que, en aquella época, y a la vista del alto grado de fusión
      del níquel, sólo podían proceder de una aleación natural: si fuera cierto
      que semejante aleación sólo se daba en Yun-nan  (lo que ha sido puesto
      en duda),55 sería la prueba de un tráfico entre China y Bactriana desde
      principios del siglo II. Por otra parte, el nombre de la seda ya era cono­
      cido en el Mediterráneo antes de la era cristiana.56
         Hay también objetos occidentales que jalonan ambas rutas. Monedas
      del Bosforo (siglo IV) en el valle del Ili (tributario del lago Baljash); teji­
      dos de lana de Anatolia, junto a sedas de China y joyas de la estepa con
      motivos animales sobriamente estilizados, en las célebres «tumbas hela­
      das» de los jefes sármatas,57 en el Altai septentrional, en Pasyryk; telas
      griegas de finales del siglo II (procedentes de Siria, Bactriana o del Bosfo­
      ro cimerio), junto a jades y alfombras de fieltro chinas y bronces de la es­
      tepa, en los kurganes de los hunos de Noin-Ula, cerca de Urga, en Mon­
      golia; un vaso de vidrio alejandrino con una cabeza de Atenea (siglo II) en
      Ho-nan, es decir, en el valle medio del río Amarillo.
         Se ha hablado de una influencia artística del helenismo en la Siberia
      meridional en los siglos II-l —la ruta del norte transportaba el oro sibe­
      riano también a Bactra— e incluso en el arte del reino Han (este último,
      sin duda, más tardío). En los textos del Khotan (el Turkestán chino) del
      siglo III de nuestra era, aparecen palabras griegas para definir estateras,
      dracmas, campo militar, y algunos creen que se remontan a los tiempos
      de los reinos grecobactrianos. El nombre chino de la vid {Pu Tao) po­
      dría ser una transcripción del griego botrys (el racimo), con lo cual la vi­
      ña podría haber sido introducida en China después de los contactos si-
      nobactrianos.
         Por lo demás, Bactriana no fue el único centro de relaciones entre
      los mundos griego y chino. Rutas terrestres y marítimas unían China con
      la India; los reinos indogriegos extraían su oro del Yun-nan. En la Taxila
      helenística se han hallado jades chinos, una concha japonesa y una esta­
      tuilla, aparentemente griega, que representa un gorila, la única prueba
      de un posible contacto con la península de Indochina. Y después de la

         55.  Esta aleación natural se encontraría también en Irán.
         56.  En la baja época helenística, la seda era muy apreciada en el mundo mediterrá­
      neo, a pesar de la competencia de la bombicina (véase la pág. 29). Roma empezó a apre­
      ciarla a raíz de un triunfo de César,
         57.  Los sármatas y los iraníes (sobre su migración a Europa, véase la pág. 171) esta­
      ban instalados en la Siberia meridional, al norte de los saka.
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