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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                      El muro que nos separa del océano en esta historia simboliza
                  los deseos y las interminables pasiones mundanas, sobre todo el
                  egoísmo.
                      El océano simboliza el conocimiento y el amor Divino. Los
                  corazones que han saboreado el amor Divino se encuentran en
                  un estado de continua añoranza del océano. Cada brisa, cada
                  sonido que viene del océano del conocimiento les cubre con
                  incontables bendiciones y les prepara para el viaje a Allah.
                      Para los que saborean el amor Divino, este mundo es un
                  espejo de la sabiduría colocado ante el intelecto espiritual. Dado
                  que el rango de los seres humanos está en función de su altura
                  espiritual y no de la condición de su cuerpo, la perfección de la
                  adoración solamente se puede alcanzar por medio del profundo
                  entendimiento del nafs. Es la cualidad humana más alabada en
                  el Qur’an.

                      Nos podemos imaginar fácilmente que un día lejos del amor
                  Divino y del placer espiritual, y lleno de diversión y locura por
                  la vida mundana, nos traiga una noche tranquila. Tampoco cabe
                  esperar que a un día así le siga una mañana deliciosa. Tal actitud
                  desdeñosa de la riqueza de los acontecimientos de este mundo,
                  llenos de enseñanzas Divinas, y  de las consecuencias de este
                  estado, traerá los dolores, todavía desconocidos, de la muerte.
                  El color rosáceo del mundo se desvanecerá en el Más Allá, y la
                  risa de aquí se convertirá en un grito ante el Fuego que espera al
                  negligente espiritual.
                      El Profeta Muhammad (r) dijo:

                      - No os sentéis con la gente muerta.
                      Los Compañeros preguntaron:
                      - ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Quiénes son?
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