Page 158 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
Mundial de Inglaterra 1966. Le decían ‘Pez volador’. Era un golero
de pequeña estatura y notable elasticidad. Brillaba en Barcelona, la
hinchada lo quería.
Ecuador había ganado en Barranquila con gol de Washington
‘Chanfle’ Muñoz en el arranque de las eliminatorias. Los grupos eran
de tres selecciones. Chile era el otro rival. Los araucanos cayeron en
Colombia, mientras la Tricolor que dirigía el inefable técnico uruguayo
José María ‘Chema’ Rodríguez repitió la dosis a los ‘Cafeteros’ en el
Modelo de Guayaquil.
Perdimos en el Nacional de Santiago, con una actuación perniciosa
del árbitro uruguayo José María Codesal que nos anuló un gol de
Armando ‘Tito’ Larrea, cuando el partido estaba 0 a 0. Lo mostraba
una fotografía que apareció en el Diario El Comercio. El zaguero
chileno González rechazaba de cabeza, tras la raya de sentencia del
marco de Manuel Astorga. Estaba metido en el arco por lo menos 50
centímetros.
Nos bastaba con ganar a Chile en Guayaquil y obteníamos el boleto
al Mundial inglés. El choque fue bravo y en medio partido perdimos a
Pablo Ansaldo que era el arquero titular. Carlos Campos, ‘El Tanque’,
entró furibundo y le fisuró tres costillas. Haciendo un esfuerzo supremo,
‘El Flaco’ siguió algunos minutos en la cancha, pero tuvo que irse del
terreno. Ecuador se quedó con diez jugadores.
No se permitían cambios en aquellos tiempos. Luciano Macías terminó
jugando de arquero. Empatamos 2 a 2 y fue necesario un partido extra
que se jugó en Lima. Ahí aparecieron los propulsores de Helinho y
lo naturalizaron de mentira, desconfiando de la capacidad de Alfredo
‘Flaco’ Bonnard, que era un golero competente. Perdimos 2 a 1 y
otra vez nos quedamos en la cuneta. Así hubiera ganado Ecuador, los
dirigentes chilenos tenían lista la impugnación por la ‘naturalización
exprés’ de Helinho. Fue una farsa. Siempre hubo desconfianza en los
arqueros nacionales. Por eso destaco aquel pedido de la nacionalización
del arco, que el tiempo se encargó de demostrar que era una medida
que no podía esperar más.
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