Page 162 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
Nos desmoronamos. No tenía a quien poner. En el último y trascen-
dental partido ante el Deportivo Cuenca, tuve que alinear a ‘Ventarrón’
Quiñónez, un moreno que era cualquier otra cosa, menos goleador.
Sustituyó a Ubiracy Da Silva, que estaba suspendido. ¡Vaya coinciden-
cia! Empatamos 0 a 0, y la verdad me dolió profundamente no haber
podido clasificar al Aucas, por primera vez a la Copa Libertadores de
América. Otra vez una maniobra astuta por debajo de la mesa, había
impedido encontrar un justo premio a un trabajo esforzado.
La plantilla de Aucas que encaró el torneo nacional de 1975. Llegó tercero, porque Barcelo-
na astutamente compró en plena fase final a tres jugadores que pertenecían a Macará.
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