Page 166 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
pifia del otro mundo e inclusive mis hijos fueron inocentes víctimas de
las protestas. Tuvieron que trenzarse a puñetazo limpio en la tribuna
del Atahualpa. Una tarde subí a la cabina de Rodríguez Coll y le aclaré
el tema y el manabita no supo como responderme y sacó el cuerpo.
Afortunadamente, los hinchas de Aucas fueron olvidando ese ‘impasse’
y con el tiempo muchos de ellos pasaron a engrosar la hinchada de
los ‘Puros criollos’. Nacional era otra historia. Canchas a la orden en
los diferentes destacamentos militares, utilería de lujo para vestir a los
jugadores de pies a cabeza, cuerpo médico permanente, tranquilidad
económica, sueldos al día y contratos claros. Los jugadores sabían de
antemano cuales eran sus derechos y también sus obligaciones.
Conocían cuando y cuánto tenían que cobrar. Establecimos tres escalas,
analizando la jerarquía, la experiencia y la producción de los jugadores.
Cobraban los premios por partido ganado, el martes siguiente y esto
les permitía solventar sus necesidades hasta recibir el cheque de la
mensualidad. Era una maquinaria perfecta de organización.
Propicié el compañerismo. Era un grupo sólidamente unido.
Llegábamos todos y nos ibamos todos. Nadie podía venir por su cuenta
en su automóvil y peor acompañado. Todos debían usar el recorrido
que efectuaba el bus del club. Ese equipo tenía a grandes jugadores.
Arqueros como el ‘Bacán’ Delgado, Milton Rodríguez y Eduardo
Méndez. Los defensas llovían: Washington Guevara, Rodrigo
Velarde, Miguel Pérez, Manuel Sweet, ‘Aguacerito’ Trujillo, ‘Cococho’
Escalante, Perdomo Véliz Jare, Jaime Toapanta y Flavio Perlaza.
Volantes de la talla de: José Voltaire Villafuerte, Marcelo Vicente
Cabezas, Carlos Ron, Luis Granda, Fabián Burbano, José Jacinto Vega,
Luis Vásquez, Iván Rojas, Mario Barahona y José Tenorio.
Y unos delanteros de espectáculo: Vinicio Ron, Wilson Nieves, Fabián
Paz y Miño, Fausto Correa y Félix ‘Pereque’ Lasso, que había jugado en
Barcelona, Emelec y en la Universidad de Chile. ¡Que plantilla mamita
mía! Tenía jugadores para todos los gustos.
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