Page 153 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 7
Marcelo Zambrano. Llegaron como caídos del cielo. Pensé en Oscar
Milber Barreto y el ‘Poeta’ también se puso la ‘Celeste’.
Tenía un equipazo a disposición, que ya en el campeonato se ganó la
simpatía de todas las hinchadas. Realicé un trabajo tenaz con Romera.
Logré que rebajara su peso a 180 libras y fue un boom, un espectáculo
aparte. Tenía un formidable saque con la mano izquierda, más fuerte
que el shot y con la pierna izquierda le pegaba de maravilla. Por las
dos vías realizaba pases perfectos y precisos. Efectuamos una campaña
sensacional, pero no logramos alcanzar el cupo para jugar la Copa Li-
bertadores de América.
El ‘Gordo’ Egas, lo digo con admiración y profundo respeto, me dio
el puntapié de la buena suerte para evaluar y potenciar mi cotización
como técnico. Su presencia siempre fue un bálsamo para nuestra
familia. Carlos fue el abogado encargado de realizar el testamento
de mis padres, porque gozaba y goza de la confianza de mi familia.
Como persona, un 10/ 10 es un puntaje corto. Personajes de su clase
no se encuentran a menudo. Son una especie de ‘extraterrestres de la
bondad’. De esos que regalan el corazón a pedacitos. ¡Un tipazo!.
La perfomance en Católica me hizo acreedor al unánime elogio de
la prensa de todo el país y la Federación Ecuatoriana de Fútbol, que
estaba en manos de los dirigentes del Guayas, comenzaron a considerar
mi nombre para conducir a la Tricolor.
EL MEJOR dT dEL MUndO ME
invESTiGó hASTA EL CAnSAnCiO
Siempre estuve a disposición de la selección. Antes del Mundialito
de Brasil 1972, la Federación Ecuatoriana de Fútbol me nominó para
dirigir a la Tricolor en un choque amistoso ante Inglaterra que se jugó
el 21 de mayo de 1970 en el estadio Atahualpa. Era la primera vez en
la historia que Ecuador se medía a los ‘inventores del fútbol’. Ocurrió
pocos días antes del Mundial de México, en el que los ‘Súbditos de
la reina’ comenzaban la defensa del polémico título que habían
conseguido cuatro años antes jugando como locales.
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