Page 155 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 7
La selección de Inglaterra alineó así: Gordon Banks; Keith Newton,
Terry Cooper, Alan Murelly y Brian Labone en la zaga; Bobby Moore,
Francis Lee y Bobby Charlton en el medio campo; Alan Ball, Geoff
Hurts y Martin Peters en la ofensiva.
Al final del partido vino un delegado inglés y me invitó para compartir
el almuerzo que ofrecía la selección inglesa. Me planteó una propuesta:
me pidió que le explicara al técnico Alf Ramsey, como funcionaba
el dispositivo táctico ofensivo de Ecuador para haber creado dos
situaciones claras de gol, que dejaron a Patricio Peñaherrera en libre
posición de remate.
Alf Ramsey, como todos los técnicos ingleses era un maniático
estudioso del fútbol y sus tácticas. Cuando estuve frente a él, con la
ayuda del traductor, le dije que ese era el fútbol que nosotros jugábamos
siempre, que no había nada especial, porque recién había reunido 24
horas antes a los jugadores que afrontaron ese partido.
A Sir Alf, uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos no le
entraba en la cabeza, como Peñaherrera pudo vulnerar el cerrojo inglés
sin ninguna dificultad. No le mentí, era el ingenio el que nos puso en
las goteras del arco de Gordon Banks y se nos escapó la presa, porque
el ‘Cañón’ no estuvo con la mira afinada aquella tarde, frente a 40 mil
espectadores que coparon las gradas del Atahualpa.
Para mi es un recuerdo imborrable haber recibido la consulta de un
técnico de semejante prestigio. Al final de la comida, me estrechó la
mano, me regaló banderines y otros recuerdos, que los guardo con
especial afecto por lo que significan. No todos los días, uno tiene la dicha
de almorzar y ser investigado por un técnico campeón del mundo.
En el preliminar de esa jornada, el equipo alterno de Inglaterra jugó
frente a Liga Deportiva Universitaria. Los ingleses estaban adaptando
a sus jugadores a rendir en la altura de México, por eso aceptaron los
encuentros en Bogotá y Quito. 4 a 1 ganaron los visitantes. El gol de
Liga fue obra del recordado Oscar Milber Barreto, que ya se había
vestido de blanco en 1970.
Memorias de un triunfador 155