Page 174 - LIBRO ERNESTO
P. 174

Ernesto Guerra Galarza



            para reclamar, pero aquella vez sentí la necesidad de hacerlo, porque
            era  una  injusticia.  Estaba  repleto  de  rabia.  Le  reclamé  a  Machado
            con dureza, inclusive poniendo en el tapete de la discusión, temas de
            estricto orden personal. A Machado se le fue la lengua.

            El lunes de la siguiente semana, la dirigencia de AFNA decidió
            declararme: “Persona no grata para el fútbol de Pichincha”. Al otro
            día fui a las oficinas del ente rector del fútbol quiteño a solicitar una
            sesión extraordinaria para que escuchen mis argumentos y se negaron
            a recibirme. Les temblaron las piernas.


            Tras la negativa, vertí una declaración virulenta, pero real a la prensa,
            dirigida a los dirigentes que encabezaron la decisión y decidí no
            ir más a AFNA. Sentí que me clavaron un puñal en el corazón. Me
            traicionaron sin piedad. Me  acomodaron la  responsabilidad  de un
            atraco  futbolístico, que  los dirigentes no  supieron defender  con
            hombría en el seno de la FEF.

            Fue una jugada maquiavélica y detestable que el tiempo se encargó
            de corregir y poner a todos en su lugar. Pero como Dios si existe, en
            pocos días recibí una llamada desde Ambato, en la que solicitaban mis
            servicios profesionales como DT.


            TéCniCO nO LES CREyó A LOS MiSERAbLES


            Amanecía el año de 1980. Amigos y gente conocida me acercaron al
            ‘Gato’ Vásconez, dirigente del equipo ambateño, que me presentó a
            varios profesores de la Universidad de Ambato. Llegué rápidamente a
            un acuerdo y firmé el contrato. Otra vez fui en busca del overol.

            Técnico tenía una buena estructura. Estaban jugadores de calidad.
            Había una columna vertebral sólida, que arrancaba en el portero
            uruguayo Ramón Souza Duarte y seguía en su compatriota Miguel
            Angel Russo, un zaguero de prestancia con capacidad de liderazgo.
            Entre los  nacionales destacaban  el  ‘Cacho’ Alvear;  los  hermanos
            Párraga, Welford y Roque; Fabián Burbano y Gorky Revelo.



            174
   169   170   171   172   173   174   175   176   177   178   179