Page 44 - Mikorey, Max - Judaismo y criminalidad
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lejos a tus hijos con su oro y su plata". Y también anunció: "Juró darte ciudades
grandes y hermosas que tú no has edificado, casas llenas de toda suerte de bienes que
tú no has llenado, cisternas que tú no has excavado, viñas y olivares, que tú no has
plantado" (Deuteronomio 6: 10-11). Yavé es, en cierto modo, el "Baalmassematte"
celestial del Judaísmo, al que ha prometido éxito en el asalto a los frutos del trabajo
de los otros pueblos.
Él es aquél que odia a los demás pueblos: "Entregará en tus manos sus reyes, y harás
desaparecer sus nombres de debajo de los cielos; nadie podrá resistirte hasta que los
hayas destruido"(Deuteronomio 7: 24). Como tal puede exigir de su pue- blo que lo
reconozca solo a É1 y en la lengua de la criminalidad judía que hemos expuesto: "Y
tú no has de ser "Mechabber" con ningún otro Dios". Él cuida de que el judío, si
cumple su ley, reciba su "Cheluke" del patrimonio de los otros pueblos, que Yavé le
ha entregado, en tiempos de "Kolschaft"(Kohol: congregación), o sea en la temporada
de los bribones, él brinda en las oscuras noches de otoño y primavera "La Choschech
dorada", la lobreguez fructífera, así como protege de la justicia y obliga a todo judío a
acudir en ayuda del criminal judío, del luchador por la promesa de Yavé, "porque
todo Israel es garante el uno del otro", desde los días en que José llevó a sus hermanos
a Egipto "para que comiesen la gordura del país".
De lo cual resulta erróneo calificar esta concepción de Dios como monoteísmo o
henoteísmo, al contrario, se trata de una idea específicamente judía y sólo como tal
comprensible.
Maliciosamente se la podría calificar de ¡"Baalmassematte-teísmo"! ¿Qué
consecuencias hemos de extraer de estos conocimientos? Necesitamos con urgencia
una buena y detallada historia de la criminalidad judía, por de pronto en lo referente a
Alemania y luego también respecto a los principales pueblos europeos. Es seguro que
si el mundo reconoce la raíz criminal del judaísmo, le resultará también mucho más
clara la vinculación entre Bolchevismo y Judaísmo, la cual se niega en muchas
ocasiones a reconocer.
Tampoco se podrá retroceder al descubrir en la concepción de Dios del Judaísmo
rasgos criminales que resultan de una predisposición innata. Recién cuando se haya
reconocido a Yavé en su rol de "Baalmassematte celestial", seremos capaces de
reconocer plenamente el papel de los judíos como una contra-raza destructiva y
criminal. Se advertirá así que la lucha del Judaísmo contra los pueblos productores en
la cual aquél se vale del engaño y de la violencia criminales, es un hecho decisivo
para la humanidad.
Nuestros genealogistas deberán abocarse con premura a investigar el paradero de la
numerosa descendencia de las bandas de facinerosos judíos que describimos. Ella
ratificaría la continuidad de la lucha secular emprendida por Yavé contra pueblo
productor.
Finalmente, es menester darse cuenta de que la criminalidad judía, no estriba
exclusivamente en la transgresión consciente de algunas leyes de protección de los