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RASSINIER : La mentira de Ulises




                                     «Refiriéndome a nuestra conversación personal, adjunto le remito por
                               duplicado para todos los efectos la lista de los judíos enfermos e ineptos para el
                               trabajo que se encuentran en el campo de Buchenwald.
                                     El médico del campo de Buchenwald, (firmado) Hoven.
                                     S.S. Obersturmführer d. R.»

                            Se advertirá que los dos escritos anunciados como incluidos en el envío no son
                       publicados.
                            He aquí el segundo documento:

                                                                         Bernburg, 5 de marzo de 1942.
                                     Sanatorio de Bernburg. Ref. Z. Bc, gs. pt.
                                              Al Sr. Comandante del campo de concentración de Buchenwald.
                                        (Weimar).
                                     Referencia: Nuestra carta del 3 de marzo de 1942.
                                     Asunto: 36 presos. Lista 12 del 2 de febrero de 1942.

                                     «Por nuestra carta del 3 del corriente, le pedíamos pusiese a nuestra
                               disposición los 36 últimos presos con ocasión del último transporte.
                                     »Con motivo de la ausencia de nuestro médico-jefe que debe proceder al
                               examen médico de estos presos,
                       [190]
                               le pedimos que no nos los envíe el 18 de marzo de 1942 sino que los incluya en el
                               transporte del 11 de marzo, y con sus expedientes, que le serán devueltos el 11 de
                               marzo.
                                     Heil Hitler!
                                     (firmado) Godenschweig.»

                            Habrá que convenir que hace falta forzar singularmente los textos para deducir de este
                       intercambio de correspondencia que se refería a una operación de exterminio por medio de las
                       cámaras de gas. Incluso si no se le completa por un informe que el doctor Hoven envió al
                       mismo tiempo a uno de sus superiores jerárquicos, y que según Eugen Kogon decía lo
                       siguiente:

                                     «Las obligaciones de los médicos contratados y las negociaciones con los
                                servicios del cementerio han llevado frecuentemente a dificultades insuperables...
                                Por elleome puse inmediatamente en contacto con el doctor Infried Eberl, médico-
                                jefe del sanatorio de Bernburg (Saale), apartado de correos 252, teléfono 3169. Es
                                el mismo médico que ha llevado a cabo el 14.F.13. El doctor Eberl muestra una
                                extrema comprensión y una gran amabilidad. Todos los cuerpos de Ios presos
                                fallecidos en Schonebeck-Wernigerode serán transportados al doctor Eberl a
                                Bernburg e incinerados allí inmediatamente, incluso sin el acta de defunción.»
                                (Página 256.)

                            Eugen Kogon hace también mención de las cámaras de gas de Birkenau (Auschwitz).
                       Cuenta cómo se procedía al exterminio por este medio, según el testimonio:

                                     «... de un joven judío de Brno, Janda Weiss, que pertenecía en 1944 al
                                Sonderkommando (del crematorio y de las cámaras de gas), del cual provienen los
                                siguientes detalles, confirmados por otras personas...» (Página 155.)
                            Que yo sepa, este Janda Weiss es el único personaje de toda la literatura de los campos
                       de concentración del cual se dice que

                       [191] ha asistido al suplicio y se indica su dirección exacta. Y el único que se ha aprovechado
                       de sus declaraciones es Eugen Kogon. Dada la importancia histórica y moral de la utilización
                       de las cámaras de gas como instrumento de represión, quizá se hubieran podido tomar






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