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RASSINIER : La mentira de Ulises



                               representaban a ciertos grupos politicos de presos. Estas personas aprobaron la
                               exactitud y la objetividad de ella.

                                     Asistieron a esta lectura:

                                     1.-- Walter Bartel, comunista de Berlin, presidente del Comité internacional
                               del campo.
                                     2.-- Heinz Baumeister, socialdemócrata, de Dortmund, que durante años
                               habla pertenecido al secretariado de Buchenwald; subsecretario del bloque 50.
                                     3.-- Ernst Busse, comunista, de Solingen, Kapo de la enfermería de los
                               presos.
                                     4.-- Boris Banilenko, jefe de las juventudes comunistas en Ucrania,
                               miembro del comité ruso.
                                     5.-- Hans Eiden, comunista, de Treves, primer Lagerältester.
                                     6.-- Baptist Feilen, comunista, de Aquisgrán, Kapo del lavadero.
                                     7.-- Franz Hackel, independiente de izquierda, de Praga. Uno de nuestros
                               amigos, sin función en el campo.
                       [208]
                                     8.-- Stephan Heymann, comunista, de Mannheim, miembro de la oficina de
                               información del campo.
                                     9.-- Werner Hilpert, del Zentrum, de Leipzig, miembro del comité
                               internacional del campo.
                                     10.-- Otto Horn, comunista de Viena, miembro del comité austríaco.
                                     11.-- A. Kaltschin, prisionero de guerra ruso, miembro del comité ruso.
                                     12.-- Otto Kipp, comunista de Dresde, Kapo  suplente de la enfermería de
                               los presos.
                                     13.-- Ferdinand Römhild, comunista de Frankfurt del Main, secretario de la
                               enfermería de los presos.
                                     14.-- Ernst Thappe, socialdemócrata, jefe del comité alemán.
                                     15.-- Walter Wolf, comunista, jefe de la oficina de información del campo.»
                               (Páginas 20 y 21.)

                            Por sí sola, esta declaración que en cierto modo podria ir como introducción del libro,
                       basta para hacer sospechoso todo el testimonio: «Para disipar ciertos temores y demostrar que
                       este relato no corría peligro de transformarse en acta de acusación contra ciertos presos que
                       habían ocupado una posición dominante en el campo...»
                            Eugen Kogon ha evitado pues el referir todo lo que pudiera acusar a la
                       Häftlingsführung, guardando sólo agravios contra la S.S.: ningún historiador aceptará esto
                       jamás. Por el contrario, se puede creer fundadamente que obrando así él ha pagado una deuda
                       de gratitud hacia los que le procuraron en el campo un empleo completamente tranquilo y con
                       los cuales tiene intereses comunes que defender ante la opinión pública.
                            Además, las quince personas citadas que han decidido de su «exactitud y de su
                       objetividad» resultan sospechosas. Todas ellas son comunistas o simpatizantes del
                       comunismo (incluso las que figuran bajo la denominación de socialdemócrata, independiente
                       o centrista) y si casualmente hubiera alguna excepción sólo se trataría de un agradecido. En
                       fin, constituyen un cuadro de los más altos personajes de la burocracia del campo de
                       Buchenwald: Lägeraltester, Kapos, etc.
                            Yo considero como insignificantes o fantásticos los títulos de presidente o de miembro
                       del comité de este o de aquello que se

                       [209] han atribuido en forma encubierta: se los han concedido mutuamente entre ellos en el
                       momento de la liberación del campo por
                            los norteamericanos e incluso posteriormente. Y no me detengo en la noción de
                       «comité» que se ha introducido en la discusión y de la cual ya he tratado en otro lugar: ellos
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                       han dicho esto y han logrado hacerlo admitir invocando motivos muy nobles ( ).
                            A mi juicio, estas quince personas se han alegrado sumamente de encontrar en Eugen
                       Kogon una pluma hábil para descargarles de toda responsabilidad a los ojos de las futuras



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                         Véase en la primera parte la página 79.

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