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RASSINIER : La mentira de Ulises



                       internados que han vivido junto a los rusos en Alemania, han expuesto la convicción de que
                       esta gente tenía una larga experiencia en la vida de los campos.
                            Por mi parte, durante dieciséis meses me he encontrado entre algunos millares de
                       ucranianos en el campo de concentración de Dora: su comportamiento probaba que en su gran
                       mayoría no habían hecho más que cambiar de campo, y en sus conversaciones no ocultaban

                       [313] que el tratamiento era el mismo en ambos casos. ¿Tendría que decir yo que el libro de
                       Margaret Buber-Neumann, recientemente publicado, no tacha como falsa esta observación
                       personal ? Por lo demás, hay que dejar a la historia el cuidado de explicar cómo los campos
                       alemanes, concebidos también según «las fórmulas de un socialismo edénico» se convirtieron
                       de hecho – pero de hecho solamente – en campos de exterminio.
                            La realidad sobre este punto es que el campo de concentración es un instrumento del
                       Estado en todos los regímenes donde el ejercicio de la represión garantiza el de la autoridad.
                       Entre los diferentes campos de un país u otro, sólo hay diferencias de matices – que se
                       explican por las circunstancias – pero no esenciales. Los de Rusia se asemejan punto par
                       punto a los que había en la Alemania hitleriana parque independientemente de las posibles
                       similitudes o no de régimen en ambos casos el Estado tropezaba con dificultades de igual
                       magnitud: la guerra en Alemania, la explotación de la sexta parte del globo con medios
                       improvisados en Rusia.
                            Si Francia llegase económicamente al mismo punto que la Alemania de 1939 o que la
                       Rusia de hoy en día – lo cual no se puede excluir – Carrère, la Noé, la Vierge, etc., se
                       parecerán también y punto par punto a Buchenwald y Karaganda: hoy ya está comprobado
                       además que el matiz es casi el mismo ( ).
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                            El error llama al error y se multiplica con el artificio en un razonamiento viciado en la
                       base par una primera afirmación gratuita. De lo particular se pasa a lo general y del examen del
                       efecto al de la causa. Así es natural que se llegue a escribir a propósito del sistema ruso:

                                     « Cualquiera que sea la naturaleza de la actual sociedad soviética, la U.R.S.S. se encuentra
                                situada a grosso modo en el equilibrio de las fuerzas, del lado de las que luchan contra las formas de
                                explotación conocidas por nosotros.»

                            O también:
                                     « El fascismo es una angustia ante el bolcheviquismo, del cual toma la forma exterior para
                               destruir con mayor seguridad el contenido: la Stimmung  internacionalista y proletaria. Si se concluye
                               que el comunismo es el fascismo, se realiza posteriormente el deseo del fascismo que ha sido siempre
                               el de ocultar la crisis capitalista y la inspiración humana del marxismo.»
                       [314]
                            O, finalmente:
                                     «Esto significa que nosotros no tenemos nada de común con un nazi y que tenemos los mismos
                               valores que un comunista.
                            La primera objeción carece de valor. Una parte importante de la opinión pública,
                       invirtiéndola en sus térrninos anticipadamente, pensaba ya que
                                     «Cualquiera que sea la naturaleza de la sociedad norteamericana, los Estados Unidos se
                                encuentran situados a grosso modo en el equilibrio de las fuerzas, del lado de las que luchan contra
                                las formas de explotación desconocidas por nosotros...»

                            Y para justificarse añadía:

                                     «... comportándose de tal manera que los demás sean cada vez menos sensibles.»
                            Se ve el peligro: si se admite que las formas de explotación «desconocidas par




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                         Sobre todo si se toma por unidad de medida su comportamiento en las colonias, en las cuales, desde los últimos
                       acontecimientos de Indochina y del Africa del Norte, ya nadie es lo bastante temerario como para atreverse a
                       afirmar que su policía y su ejército se portan muy diferentemente de la manera con la cual la policía y el ejército
                       alemán se comportaban en Francia con los resistentes, en los años más terribles de la ocupación. (Nota del autor
                       para la IIa. edición francesa.)

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