Page 70 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
P. 70

RASSINIER : La mentira de Ulises



                            Este contacto directo con los de la S.S. me hace verlos bajo otra luz diferente a aquella
                       bajo la cual son vistos en el campo. No hay comparación posible: en público, son brutales,
                       tomados individualmente, unos corderos. Ellos me observan con curiosidad, me interrogan,
                       me hablan familiarmente, piden mi opinión sobre el fin de la guerra y la toman en
                       consideración: todos --antiguos mineros, obreros de fábricas, albañiles, etc.-- son gentes que
                       estaban en paro en 1933 y a las que el régimen ha sacado de la miseria haciéndoles que se
                       consideren como en una situación maravillosa. Son sencillos y su nivel intelectual es
                       excesivamente bajo: a cambio del bienestar que el régimen les ha proporcionado, ellos
                       ejecutan

                       [125] sus tareas inferiores y se creen en regla con su conciencia, la moral, la patria alemana y
                       la humanidad. Muy sensibles al infortunio que me ha afectado enviándome a Dora, pasan con
                       la cabeza alta, orgullosos, inflexibles y despiadados en medio de los otros presos cuya
                       custodia les ha sido confiada: ni siquiera una vez les viene el pensamiento de que son gente
                       como ellos, o incluso... como yo.
                            Las anomalías del régimen del campo no les entran en la cabeza y cuando, casualmente,
                                                                              1
                       las observan, muy sinceramente hacen responsable a la H-Führung  ( ) o a la propia masa de
                       los presos. Ellos no comprenden que estemos delgados, débiles, sucios y andrajosos.
                       Entretanto, el III Reich nos suministra de todo lo que tenemos necesidad: alimentación,
                       medios para una higiene impecable, alojamiento confortable en un campo modernizado todo
                       lo posible, distracciones sanas, música, lectura, deportes, un árbol de Navidad, etc. Y
                       nosotros no sabemos aprovecharlo. ¡Esta es la prueba de que Hitler tiene razón y de que, salvo
                       raros excepciones, nosotros pertenecemos a una humanidad física y moralmente inferior! ¿Son
                       individualmente responsables del mal que se hace ante sus ojos, con su complicidad o su
                       cooperación, a la vez inconsciente y deliberada? Seguramente no: son víctimas del ambiente –
                       de este ambiente particular en el cual todos los pueblos, sin distinción de régimen o de
                       nacionalidad, escapando al control de los individuos y rompiendo colectivamente con las
                       tradiciones, zozobran periódicamente y uno tras otro en las peligrosas encrucijadas de su
                       historia.
                            El 10 de marzo, un convoy de mujeres Bibelforscher ( ) ha llegado a Dora, seguido por
                                                                        2
                       una orden de Berlín estipulando que estas mujeres – que son 24 – deben ser empleadas en
                       trabajos ligeros. En lo sucesivo, el puesto de ordenanza será ocupado por ellas. Yo soy
                       relevado y enviado al campo. Para librarme de un mal comondo, juzgo más prudente
                       aprovochar mi estado de salud para hacerme hospitalizar en la enfermería, desde cuyas
                       ventanas – tres semanas después -, he asistido a los bombardeos de Nordhausen, el 3 y el 5 de
                       abril de 1945, precisamente dos días antes de ser incluido en el transporte de evacuación cuyo
                       relato constituye el prólogo.




























                       1
                         La gran masa de detenidos, también ella, considera que la H-Führung es mucho más responsable que la S.S. del
                       género de vida que se le hace llevar.
                       2
                         Investigadores de la Biblia", testigos de Jehová, objetores de conciencia.

                                                         –   70   –
   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75