Page 381 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            361


                   —Pídele a Duryodhana que suelte Indraprastha liberándola de su dominación, Yu-
               dhisthira es su verdadero dueño. Si de todos modos es lo suficientemente tonto como

               para negarse, nuestro camino está claro. Tendrá que enfrentarse con Arjuna, Bhima,
               Nakula y su poderoso hermano Shadeva. Tenemos de nuestro lado a Krishna, Satyaki,
               Dhrishtadyumna, Sikhandi y a Yudhisthira, cuya paciencia ha llegado al límite. Dile a tu
               rey que tome buena nota de esto. Por hacer dormir a Yudhisthira en el suelo durante
               doce años, haremos que él y sus amigos duerman en el campo de batalla. Nuestro
               rey Yudhisthira ha controlado su ira durante los últimos años. Si le da rienda suelta,
               Duryodhana morirá abrasado por el calor de su furia. Que se ande con mucho cuidado.
               Del mismo modo que el fuego reduce un bosque a cenizas, Yudhisthira destruirá toda
               la hueste de los kurus con su ira. Duryodhana quiere la guerra, dejémosle que la tenga.
               Verá al poderoso Bhima con su maza levantada, caminando por el campo de batalla.
               Tu Duryodhana le verá matar a todos los hijos de Dhritarashtra. No habrá ninguna
               diferencia entre él y Yama con su maza.
                   »Que Duryodhana se acuerde de los hijos de los pandavas, particularmente de
               Abhimanyu, el hijo de Arjuna y el sobrino de Krishna. Es un niño, pero no cuando lucha.
               Aquí tenemos a Virata y Drupada que son invencibles. Quizá Duryodhana no recuerda
               a sus viejos aliados Sikhandi y Dhrishtadyumna. Sin embargo, ellos le recuerdan a él.
               Dhrishtadyumna será nuestro comandante en jefe; que tu rey tome buena nota de esto.
               Es evidente que Duryodhana no ha considerado al gran Satyaki o si no se lo hubiera
               pensado dos veces antes de embarcarse en este viaje hacia el reino de Yama. Satyaki es
               el más grande de nuestros guerreros, con él a nuestro lado, todos podemos dormir sin
               preocupaciones.

                   »Dile a Duryodhana que yo estaré allí. Mi carro con sus cuatro caballos blancos será
               conducido por Krishna, que piense en ello. Krishna será mi conductor. No creo que
               Duryodhana sea tan optimista, después de saber esto. Dile que los pandavas realizarán
               un gran Yajna cuyo preceptor será Krishna, el canto de los Vedas será la música incesante
               del sonido de la cuerda de mi arco. Los sacrificios serán toda la hueste de los kurus,
               Sakuni y su querido amigo Radheya. Llévale este mensaje a Duryodhana de mi parte.
                   Yudhisthira dijo:
                   —Mi querido Sanjaya, puedes tratar de convencer al rey de que debe devolverme
               mi reino, háblale de la injusticia que nos ha hecho durante los últimos años, a partir de
               nuestra llegada a Hastinapura, diecisiete días después de la muerte de nuestro padre.
               Por favor, tratad entre todos de evitar la muerte de los kurus. No quiero ser la causa
               de esta horrible calamidad. Es más, si todo esto falla, dile a Duryodhana que incluso si
               me da cinco ciudades o más bien pueblos, me contentaré con ello. —Yudhisthira ignoró
               los irritados ojos de sus hermanos y continuó—: Sanjaya, dile que quiero Indraprastha,
               Brikaprastha, Jayanta y Varanavata; esas cuatro ciudades debo tenerlas. La quinta la dejo
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