Page 54 - Pacto de silencio
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auténtica intranquilidad ver que nos podríamos encontrar ante el inicio de algún brote
peligroso. Y el lunes día 4 volví a llamar a la Dirección Provincial de la Salud, al
Dr. Urbistondo, que no estaba en su despacho; llamé al Dr. Herrero y de su despacho
acababa de salir Urbistondo. Le dije que como había visto por el parte de filiación de
estos enfermos, que procedían de Torrejón de Ardoz, con las implicaciones que tiene
Torrejón de Ardoz y sobre todo cuando nos encontramos con una enfermedad nueva
y nacer, aparentemente, al menos, en Torrejón de Ardoz, que yo quería una encuesta
epidemiológica en Torrejón, a ver qué nos podían decir, con respecto a estos niños,
dónde vivían, qué eran, alguna forma de comprender este caso. A las 11 horas del
lunes día 4 de mayo de 1981 se recibió además en la Unidad de Epidemiología de la
Dirección de Salud de Madrid una llamada telefónica del Jefe local de Sanidad de
Torrejón de Ardoz, el Dr. Juan Raúl Sanz Jiménez, manifestando que habían
aparecido en varios miembros de una misma familia de esa localidad unos cuadros de
enfermedad pulmonar aguda, uno de ellos seguido de fallecimiento, que habían sido
ingresados en el Hospital del Rey y en la Ciudad Sanitaria La Paz.
»El Director de Salud quedó informado sobre las 13:30 hs, al regreso de una Junta
de Gobierno que tenía en la Ciudad Sanitaria La Paz, en donde nada se le informó al
respecto. Inmediatamente dispuso la puesta en marcha de una investigación al efecto,
para lo cual en la misma tarde de ese día, acompañado del jefe de la Unidad de
Sanidad Ambiental de la Delegación Territorial, de un epidemiólogo de la
Subdirección General de Programas de Salud, el Dr. Plaza, y del Jefe local de
Sanidad de Torrejón de Ardoz, el Dr. Juan Raúl Sanz, visitó al alcalde y al delegado
de Saneamiento del Ayuntamiento de Torrejón, procediendo a la anotación de
determinados pormenores de la barriada en que vivían los enfermos. A continuación
visitaron los domicilios de los afectados, realizando interrogatorios a los familiares,
una inspección de la zona, una visita a la guardería más próxima, con entrevista a su
directora y, posteriormente, se entrevistaron con el médico de guardia de tarde y
noche, dándole instrucciones ante la posible aparición de nuevos casos.
»El mismo día 4 la Dirección de Salud de la Delegación Territorial de Sanidad y
Seguridad Social de Madrid comunica la existencia de estos seis casos al Ministerio
de Sanidad.
»El día 5 el Centro Ramón y Cajal aísla en un enfermo la Legionella gormanii
(productora de la enfermedad del legionario). Y este mismo día ya comienzan las
divergencias entre la linea de investigación oficial y la seguida y recomendada
permanentemente a las autoridades sanitarias por el repetido director en funciones del
Hospital del Rey de Madrid, que fuera a la par el descubridor de la existencia de la
enfermedad, el Dr. Antonio Muro y Fernández-Cavada. Por cuanto el mismo día 5 de
mayo, y mientras las autoridades sanitarias comenzaban a sospechar una posible
epidemia de legionella, el Dr. Muro ya afirmaba, por exclusión de las demás
posibilidades, que la enfermedad entraba en el organismo a través de la comida, o sea
por vía digestiva. Así me lo explicaría su hijo Antonio:
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