Page 74 - El judío internacional
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judío y con los agitadores, demagogos y revolucionarios semitas en el otro extremo, agitando la
fusta o la antorcha ante el obrero, nos encontramos en una situación que a los inventores
internacionales del plan destructor contenido en los Protocolos sionistas ha de llenarles, sin duda,
de satisfacción.
"Deberíamos temer las fuerzas reunidas de la inteligencia de los infieles con las energías de las
masas obreras, mas hemos adop ado contra este posible peligro, todas las precauciones t
necesarias, levantando entre estas dos fuentes de energía una barrera de mutua enemistad.
Resulta que la fuerza ciega de las masas sigue siendo nuestro punto de apoyo. Nosotros y
solamente nosotros seremos sus capitanes. Claro es que utilizaremos aquellas energías para
efectivizar nuestros planes". (Protocolo 9º)
La prueba de que los hebreos están en realidad sumamente satisfechos, radica en el hecho
innegable de que no solo no hacen nada absolutamente para mejorar la actual situación, sino que,
por lo visto, hasta se esfuerzan para empeorarla. Conocen a fondo el método de provocar una
escasez artificial de productos, y por lo tanto un alza de precios, que tanto durante la revolución
francesa, como ahora en Rusia, y también en Alemania durante la guerra, se empleo
sistemáticamente. En nuestro país se van advirtiendo también estos indicios.
Artificiosos problemas sociales, como alimento espiritual, y frívolas diversiones en los momentos de
ocio: tales son los métodos hebreos con respecto a los infieles, y bajo esta consigna ha de
completarse la obra caracterizada por el lema que dice: "dividir para reinar". "A fin de desviar las
inteligencias demasiado despiertas de la cosa publica y de los asuntos políticos, nosotros
inventaremos nuevos problemas que al parecer se liguen con aquellos, o sea problemas sociales".
(Protocolo 13).
¿No será inevitable que se vaya formando así un abismo entre la forma de discurrir de las masas,
que se ocupan exclusivamente de problemas económicos, y la de los partidos que tratan de
ocuparse solo de cuestiones políticas? ¿Y no es cierto que los judíos ocupan en ambos conceptos
posiciones destacadas, o sea: en la política para que siga reaccionaria, y entre los obreros para
mantenerlos en un estado radical, ahondando cada vez más este abismo? ¿Y no es cierto también
que existe esta divergencia exclusivamente entre los no-judíos? La verdad es que entre los judíos
existe, y ello porque la sociedad carcomida es la no-judía, en tanto que los elementos destructores
son judíos.
Véase también este texto: "Nosotros introdujimos en las Constituciones derechos populares
equívocos, que no pueden realizarse. Estos llamados "derechos del pueblo" existen únicamente en
teoría, pero jamás se dejan traducir a la práctica... No aprovechan mucho mas los proletarios de
estas Constituciones, que el mendigo de las migajas que caen de nuestras mesas, y esto es como
pago por haber dado su voto a nuestros agentes, coadyuvando a la realización de nuestros
proyectos. Son los derechos republicanos para el pobre un escarnio amargo, puesto que el yugo de
su tarea diaria le impide hacer uso de ellos. Al propio tiempo se le arrebata la esperanza de una
ganancia segura y duradera por el hecho de que siempre esta pendiente de huelgas o lock-outs,
que organizan, o por los patronos o por sus mismos camaradas de trabajo" (Protocolo 3). La
referencia a las huelgas pierde todo cuanto pudiera tener de enigmático para aquel que en nuestro
país haya estudiado las distintas formas de huelgas. "Nosotros lograremos por la fuerza aumentos
de jornales, que al mismo tiempo provocaremos un alza de precios para todos los productos
esenciales a la vida so pretexto de que esto es una lógica consecuencia de la agricultura y la
ganadería. Socavaremos también profunda y artificiosamente las fuentes de la producción de
mercaderías por medio de seducción al obrero al ideal anarquista" (Protocolo 6). Y, finalmente:
"Nos presentaremos como libertadores de las clases obreras, llegados solo para librarles del yugo
que las oprime y trataremos que ingresen en nuestro ejercito de socialistas, anarquistas y
comunistas, al cual, también bajo pretexto de la idea de una confraternización internacional,
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