Page 82 - El judío internacional
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“Anularemos toda resistencia a nuestros proyectos tomando la precaución de complicar en
conflictos bélicos a cualquiera que ose oponérsenos. Si se da el caso de que todas las naciones
vecinas se unan en común resistencia contra nosotros, provocaremos una conflagración mundial”
(Protocolo 7). La palabra empleada en el original de “conflagración” o “guerra” mundial es idéntica
a la utilizada por los sionistas Nordau y Rosenthal. “Herzl sabe – dijo Nordau en 1903, - que nos
encontramos ante un posible sacudimiento del mundo entero”.
“En toda Europa, mediante múltiples relaciones en otros continentes, provocaremos inquietudes,
discordias y mutua enemistad”, lo cual también es hoy una triste realidad. “Esto ofrece para
nosotros doble ventaja, porque con tal método alcanzaremos la estima de todas las naciones, pues
supondrán que tenemos realmente el suficiente poder para causar el desorden, y también para
volver a entronizar el orden”. Es indudablemente cierto.
El orador del congreso de 1896 dijo una gran verdad cuando hablo de “los importantes
acontecimientos a los que nos vamos aproximando en una marejada de fuerte crisis”. No solo se
llevo a la práctica la teoría de “sin anexiones” en la medida prevista por los Protocolos, sino que al
propio tiempo y en correlación maduraron también muchos otros planes. Es una cosa el lema “sin
anexiones” como formula ética de una voluntad política; pero es otra muy distinta la formula “sin
anexiones” a fin de que “de esta forma las guerras se transformen en asuntos económicos, y que
las naciones aprecien el poderío demuestra superioridad, de acuerdo con la ayuda que les
prestemos”. Supuso el mundo no-judío en el lema “sin anexiones la expresión de una ética política,
en tanto que el programa, que utilizo esta ética solo como medio adecuado a sus fines prácticos,
quedo completamente en secreto.
Este capitulo deberá proseguirse. Por ahora, se impone la pregunta de si al cumplirse el programa
contenido en estos Protocolos judíos en tantísimos detalles, otro nuevo Protocolo, vale decir, una
especie de prolongación de aquella escalera, no se haya, tal vez, inventado y comunicado por los
sabios ancianos a los iniciados, y si debe esperar el mundo nuevas revelaciones. Seria probable que
el conocimiento actual de los planes secretos hebreos conduzca a un despertar de los pueblos, con
lo cual fracasaría por fuerza todo el programa hasta ahora en vigor, quedando también
imposibilitada la redacción de otros similares. Mas Judea marcha precedida siempre por una
rutilante estrella.
XV
¿ES IDENTICO EL “KAHAL” JUDIO AL ACTUAL SOVIET RUSO?
No es el soviet tampoco una institución rusa, sino judía. No representa tampoco un invento
moderno de los actuales hebreos en Rusia, ni una nueva idea política de Lenin o de Trotzky, sino
que es de arcaico origen judío, una forma de organización que, luego de la conquista de la
Palestina por los romanos, adoptaron los hebreos para seguir manteniendo su peculiar vida racial y
nacional.
El moderno bolcheviquismo, reconocido hoy como simple envoltura exterior de un golpe de Estado,
larga y detenidamente planeado, con el objeto de asegurar el predominio de una determinada raza,
adopto de inmediato la forma administrativa de los soviets, por la sencilla razón de que los hebreos
de todas las nacionalidades que cooperaron en la implantación del bolcheviquismo en Rusia, están
desde siempre educados bajo la forma y estructura del soviet.
Se cita el soviet en los Protocolos con su viejo nombre judío de “kahal”. La tesis 17 expresa: “Ya en
estos días están obligados nuestros hermanos a denunciar a los apostatas que resisten al kahal, a
su propia familia u otra persona cualquiera. Al advenimiento de nuestro reino, todos los súbditos
tendrán que servir igualmente al Estado”.
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