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MANIFIESTO DEL SOCIALISMO NUEVO





                         I. PARA RECOBRAR LA MEMORIA HISTORICA                                                                                 PARA RECOBRAR LA MEMORIA HISTORICA











                  1. EL INDUSTRIALISMO





        El industrialismo moderno, basado en el dominio del capital sobre el asalariado, se expandió desde la revolución industrial del siglo XVIII. Ex-
        plotando el trabajo y concentrando el capital, impuso sus reglas al poder político, la vida cotidiana, la economía y el derecho. Eso es bien sabi-
        do.  Más cerca de nuestro tiempo, a finales del siglo XIX,  con el imperialismo, que es la explotación de las naciones basada en la exportación
        de capital, cuatro grandes cambios acontecen:

        . La revolución tecnológica de las ramas farmacéutica, química, petrolífera, automotriz, telefónica y eléctrica, soportadas en el saber científico.
        El capital se apropió de la investigación científica y la educación superior se volvió fuerza productiva a su servicio. Esa conciencia social fue su-
        peditada al capital.

        . El mercado productivo en la industria pesada, de medios productivos, de máquinas-herramientas y bienes de capital.Este mercado pasó a ser la
        condición principal para integrar la economía nacional; y la producción cobró la capacidad de modelar el mercado de consumo, las costumbres
        y la vida cotidiana. La radio y el cine de aquellos días ayudaron. La industria subordinó la convivencia social.

        . Con la superganancia de los mercados ampliados, en los países desarrollados se formaron los grandes monopolios  internacionales. El capitalis-
        mo, además de invadir con el comercio a los países atrasados, se apropió de su espacio productivo. Las naciones fueron alineadas a los centros
        imperiales.

        . Con el sindicalismo naciente, el trabajo redujo sus pretensiones y se contentó con venderse a mejor precio. Tal organización gira atrapada en
        las órbitas del mercado y el capital. El movimiento obrero abandonó la acción política y la lucha por la transformación histórica, para vivir al día
        y naufragar en la fatal espiral salario-precio. La lucha sindical pasó a ser un factor de la economía.





                  2. EL CAPITALISMO DEL SIGLO XX.






        Estos hechos trajeron profundas consecuencias para la clase trabajadora y la política:

        . Con la ciencia la producción se hizo más sistemática. Su manejo se volvió cuestión de técnicos y especialistas, el obrero dejó de ser el “motor
        de la producción”.  A tono con ese efecto, la clase empresarial adoptó una organización compacta; en tanto que la acción social fue subordinada
        a la “ciencia” de la revolución, según dice la frase “sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”. Lo cual significaba que
        los portavoces de la transformación eran los profesionales del partido y el obrero quedaba como un mero instrumento.

        . La industria de medios de producción, la tecnología,  subordinó a la producción general.  La estructura del mercado interior cambió de centro:
        del vendedor-consumidor pasó al flujo de bienes de capital a la industria de transformación. Los países débiles ingresaron al industrialismo.
        Dejaron de ser meros territorios coloniales abastecedores de materias primas; ahora podían contar con manufactura propia, pero atada a la
        importación de materiales, máquinas, herramientas y equipos extranjeros monopolizados por los países avanzados. Su mercado interior pasó a
        depender del capital imperial y su integración no era mera tarea económica. Significaba emprender la lucha por la liberación nacional.

        . A la división de los trabajadores según oficios y tareas de la máquina, se agregó su segmentación por el ingreso y el nivel de vida.  Las “clases
        medias” (donde nacieron los principales líderes de las revoluciones socialistas) fueron su efecto inmediato. La miseria perdía su rebeldía.

        . La ola socialista tenía ahora un escenario más complejo: era diferente en los países avanzados y los atrasados. En los avanzados hacían presencia
        las fuerzas obreras modernas, pero el poder económico tenía la flexibilidad para adaptarse a los ciclos y las crisis económicas. En los atrasados
        el capital no tenía esta capacidad, pero las fuerzas de transformación tampoco tenían la comprensión y la organización necesarias para recons-
        truir la historia.La “ciencia del socialismo”, centrada en observar el barómetro de las fuerzas productivas, ya no bastaba. Igual que sucede con
        la ciencia enseñada en las escuelas, de la ciencia del socialismo no brotaban los ideales y los fines de la vida. Estos nacen entre las fuerzas y los
        acontecimientos sociales y se hacen presentes a través de la participación.

        Aquella ciencia no incluía los nuevos factores y, por tanto, no tenía respuestas para ellos. La liberación nacional, los campesinos, la justicia social,
        el trabajo de las clases medias, el patriotismo, alteraban el contenido ideológico de los movimientos.  Pero las fuerzas y las estrategias naciona-
        les de liberación no quedaban claras. La ideología de aquel socialismo no supo qué hacer al respecto. Se aferró a su esquema productivista y le
        agregó las demandas de emancipación colonial y civil, sin considerar que eso modificaba las estrategias.
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