Page 22 - 13.Desorientando las Instituciones Eductivas en el uso de las TIC_Neat
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pedagógicas de aprendizaje sino formas de disciplinamiento y castigo a la diferencia que
lesiona la autoestima y desalienta a los estudiantes en sus trayectorias escolares.
Es importante que podamos instalar una mirada prospectiva que aprenda a resignificar la
otredad desde, habilitar a “ese otro que irrumpe en la trama institucional normalista con
una cultura diferente a la ya dada, a la propia del normalismo; ese otro que violenta el
orden establecido y que instaura el desorden; ese otro que desde la ajenidad da cabida y
admite la posibilidad del advenimiento de lo nuevo, de lo radicalmente nuevo; ese otro que
desde un lugar diferente se pronuncia, corriendo el riesgo no sólo de no ser escuchado,
sino también de ser rechazado” (Ducoind Watty 2013)
Lo disruptivo nos dice que algo no funciona, y que tenemos que buscar una alternativa, que
necesitamos evaluar la situación para hacer lugar a lo “distinto”, a lo que no encaja en el
molde que teníamos prediseñado, este es el desafío para poder visibilizar a aquellos que se
desenganchan, a aquellosa los que aparentemente que no les interesa aprender y encontrar
modos de conexión desde la valoración, la emoción y el cuidado amoroso de ese que me
desafía a repensar mis paradigmas, mis estrategias y mis propios conocimientos.
Los que se desenganchan en los procesos monocrónicos no son “los diferentes” o “los
incapaces” que no logran seguir los cánones de la supuesta “normalidad”, diseñada por la
cultura dominante, sino simplemente un otro más, uno que en este caso necesita recorrer un
camino que tenga que ver con él y sus potencias.
Dar cabida al otro implica trabajar por entender lo que acontece en el aula y fuera de ella y
este es un trabajo arduo y delicado. Es necesario que cada docente pueda y sepa interpretar
la información que a diario tiene disponible en el aula, las características de la comunidad
en que se halla, las relaciones familiares, sus creencias, sus intereses, sus saberes sus
posibilidades, formas de aprender, la asistencia a clases, etc y a partir de ella pueda
diseñar estrategias adecuadas de enseñanza, evaluación y retroalimentación para los
estudiantes y sus familias y por sobre todo sea capaz de evaluar su propio desempeño
profesional y corrija sus vicios profesionales, errores y dificultades. Evaluar tiene un doble
sentido, no funciona si no hay bidireccionalidad.
Francesc Pedró rescata el valor pedagógico de la tecnología mediada y andamiada por el
profesor, donde se respeta el ritmo y el progreso de cada estudiante de la clase. Las
aplicaciones de aprendizaje basadas en tecnología ofrecen oportunidades casi ilimitadas
para la personalización. Si un método no funciona para un estudiante, se pueden valorar
fácilmente las alternativas que se adapten mejor al estilo de aprendizaje o la experiencia
individual del alumno. Debido a que los estudiantes toman el control activo de su
aprendizaje, tienen más probabilidades de permanecer en su tarea. En un aula soportada
por la tecnología, el profesor tiene más tiempo para la atención personalizada y hacer
frente así a los retos educativos más difíciles.