Page 41 - Necronomicon
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demoníacos. Y parece que, en un momento dado, decidió que también podía exorcizar a los
fantasmas de su niñez haciendo uso de ellos en sus ficciones.
Probablemente era un gesto de bravuconería, un grito de "¡no creo en vosotros!". A pesar de
ello, no cabe duda alguna de que Lovecraft no creía ni en Cthulhu ni en Yog-Sothoth. Sus
cartas dejan claro que se mantuvo como racionalista convencido durante la mayor parte de
su vida adulta.
En una reciente carta, Carl Tausk ha establecido otro punto interesante. Cuando Lovecraft
empezó a publicar relatos Cthulhu, debieron ser muchos los masones egipcios que se dieron
cuenta exacta de lo que estaba haciendo. ¿Quizá se pusieron en contacto con él y le
indicaron que estaba haciendo públicos unos secretos cuidadosamente guardados? Si así
fue, el desarrollo de los Mitos Cthulhu en sus relatos no era simplemente un gesto de
emancipación frente a los fantasmas de su niñez: también era un gesto de desafío contra los
francmasones egipcios.
Cualquier lector que desee proseguir estas especulaciones sólo tiene que leer la biografía de
Spargue de Camp y las cartas de Lovecraft, publicadas en cinco volúmenes por Arman
House. Tal como se inclina a creer Robert Turner, ¿se fue convenciendo Lovecraft poco a
poco de la realidad de los Antiguos? ¿Estuvo "poseído" durante los últimos años de su
vida? ¿Explica esto su letárgia y la baja temperatura de su cuerpo? No veo ninguna razón
para terminar esta introducción con una nota de especulación ocultista porque no tengo
ninguna intención de tratar de poner la carne de gallina al lector. Lovecraft empleó su vida
intentando hacer precisamente esto y, aburrido, finalmente renunció a ello. Por tanto,
resumamos lo que realmente sabemos y lo que podemos deducir mediante razonamientos.
Sabemos que Secret Names existe realmente (a pesar de que no sabemos si Lovecraft lo
llamó Necronomicon o si aquel era el nombre real del manuscrito). Estamos bastante
seguros de que Winfield estaba en posesión de un ejemplar integro o fragmentario. Nos
inclinamos a aceptar que este ejemplar pasó a poder de Lovecraft y que se convirti6 en la
base de sus relatos Cthulhu.
En lo referente a la historia literaria, esto es todo lo que es preciso saber. Desde nuestro
punto de vista, da lo mismo si Kenneth Grant tenía razón o si los Antiguos existen (o quizá
existen). Sin duda, los estudiosos de la magia creerán que merece la pena proseguir con el
asunto. Sin duda también, hay muchos lectores de Lovecraft que tienen la idea contraria y
observan con recelo la perspectiva de que el Gran Cthulhu se despierte de su largo sueño en
R'lyeh. Pero sólo los hechos, tal como dice el Sr. Gragrind, son lo que realmente nos
importan. Y creo que todos estarán de acuerdo en que, en este caso, los hechos son tan
fascinantes y extraordinarios como los propios Mitos Cthulhu.
NOTAS:
(l) Demolatry (1959), traducido por E.A. Ashwin, Londres 1930, p. 26.
(2) Lovecraft, A Biography.
(3) Lovecraft, A Look Behind the Mythos.
(4) Dreams and Fantasies, Arkman House, 1962. (5) Crowley publica los textos completos en The Equinox,
Vol. 1.
Ver también Golden Dawn de Regardie, Vol. 4, libro 9.
(6) Regency Press, Londres 1977.
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