Page 38 - Necronomicon
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Todo esto, estoy de acuerdo, seria intolerablemente frustrante si fuese todo lo que
pudiésemos descubrir sobre el Necronomicon pero, afortunadamente, no es así. La carta del
Dr. Hinterstoisser fascinó de tal modo a Robert Turner que lo estimuló a empezar de nuevo
sus investigaciones, esta vez en el Museo Británico. En una segunda carta que me envió, el
Dr. Hinterstoisser indica que el bibliotecario del rey Rodolfo II de Praga había catalogado
una copia de la compilación de Alkindi. Robert Turner recordó que Rodolfo II reinaba en la
época en que John Dee y Edward Kelly estuvieron varios años en Praga. Y, según
Lovecraft, John Dee tradujo el Necronomicon. Ambos habíamos supuesto que ésta era una
invención de Lovecraft, pero si el padre de Lovecraft estaba realmente en posesión de
algunos libros de magia, incluyendo el capítulo de Alkindi "Nombres secretos" y si
Lovecraft basó posteriormente su mitología Cthulhu en Secret Names, nada parece más
probable que el capítulo que obraba en posesión de Winfield Lovecraft fuese la traducción
de Dee del Necronomicon, copiado durante su estancia en Praga.
Uno de los primeros y más apasionantes descubrimientos fue la carta dirigida a John Dee
referente a "the towne of donwiche"(9), parcialmente sumergida en el mar. Dunwich (que
se pronuncia Dunnich) aún existe en East Suffolk, a cuatro millas del sudeste de
Southwold, y en el Bartholemew’s Gazetteer se dice que una vez fue la capital de East
Anglia. Dee estaba fascinado por los resultados de las excavaciones en Dunwich, en
particular por el descubrimiento del gigantesco ataúd antropomorfo de piedra. Los
paralelismos entre la Dunwich de Lovecraft y la Dunwich descrita en la Guía de Jean
Carter convencieron a Robert Turner de que Lovecraft se tomó la molestia de enterarse de
un gran cantidad de detalles sobre aquel pueblo inglés.
Un posterior estudio de los manuscritos de Dee que hay en el Museo Británico condujeron
a Turner al Liber Logaeth de Dee, un manuscrito cifrado. En su contribución personal a este
volumen, Turner indica cómo con la ayuda del experto en ordenadores David Langford,
probó más allá de cualquier duda que aquél era el manuscrito codificado que Dee había
copiado en la biblioteca de Rodolfo II. David Langford ha contribuido con una parte en la
que describe exactamente la forma en que descifró el código con la ayuda de ordenadores.
Parte del mismo está fuera de mi comprensión, pero me parece muy interesante que esta
explicación se publique en su totalidad. Opino que es uno de los más importantes trabajos
de investigación histórica desde el desciframiento de la Piedra de Rosseta realizado por
Champollion.
Aquí, por fin, podemos obsequiar a los lectores con un extenso fragmento del olvidado
tratado de magia de Alkindi. Existe el proyecto de publicar en el futuro el texto íntegro
acompañado de un extenso comentario. En él se incluirá una exhaustiva comparación entre
el Dunwich de Lovecraft y el inglés, comparación en la que Robert Turner trabaja
actualmente. El editor de este libro insiste en que lo más importante es ofrecer los
resultados de nuestras investigaciones junto a una muestra del Necronomicon.
Sin embargo, en la preparación de la edición se tardarían varios años. Deseo advertir que
los admiradores de Lovecraft que están esperando descubrir terribles secretos olvidados,
quedarán defraudados. El material es lo bastante apasionante para los estudiantes de magia,
pero significa poco para el lector medio. Claro que esto mismo ocurre con obras tales como
The Key of Salomon, The Sacred Magic of Abra-Melin the Mage y las grandes obras
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