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(3) Seguidamente tratemos de ver de esas cosas cuando sintamos que el desagrado por algo nues-
qué podemos cambiar, qué habría que hacer y si real- tro está comenzando a perturbarnos. No lo veamos
mente valdría la pena. Para aquellas que veamos que como un conjuro mágico que hará que nos acepte-
podemos y vale la pena cambiar, diseñemos metas y mos automáticamente y se resuelvan los proble-
acciones que nos permitan lograrlo: por ejemplo, me mas; ¡no!, eso solo ocurre en los cuentos; en la vida
desagrada mi peso corporal, así que haré ejercicios fí- real nos lleva más tiempo y mucho esfuerzo.
sicos y una dieta; me desagrada que nunca obtengo Aceptarnos es muy importante y no niega
buenos resultados en mis estudios, por lo que dedi- que busquemos el cambio; implica reconocer que
caré más tiempo al estudio y buscaré ayuda de otros en este momento no tenemos posibilidad de cam-
compañeros y compañeras. Más adelante, en este fo- biar nuestra situación y es inútil luchar contra ella,
lleto, vamos a profundizar en cómo hacerlo. con lo cual generaremos mayor angustia, así que
Ahora la lista de lo que nos desagrada debe ha- la aceptaremos y encontraremos estrategias de
berse reducido, porque hemos comprendido que adaptación hasta que llegue el momento de poder
algunas son en realidad cosas positivas, que nos cambiarlo. Por otra parte, nadie puede cambiar si
sirven como ventajas para la vida, y otras están en primero no acepta que tiene un problema que tiene
nuestras manos cambiarlas a corto, mediano o largo que cambiar.
plazo. Esto significa que ha llegado la hora de afron-
tarnos a nosotros mismos.
(4) Busquemos un espejo o un lugar donde es-
temos solos y podamos mirarnos detenidamente a
nosotros mismos (puede servir incluso mirar nues-
tra sombra en una pared, porque no vamos a mirar
solo nuestro cuerpo: vamos a mirar más bien cómo
somos, cómo pensamos, cómo nos comportamos) y
pensemos en todas las cosas buenas que hacemos
y somos capaces de hacer, pensemos en todas esas
cosas que nos agradan, con las que nos sentimos có-
modos y que hasta son motivo de orgullo, pensemos
en todo esto y repitámonos seriamente: «A pesar de
que haya cosas que no me gustan, soy una persona
maravillosa y en mis manos está cambiar para mejo-
rar cada día. Las cosas que no me gustan las acepto
porque forman parte del mayor tesoro que tengo:
mi vida. Ninguno de mis defectos es mayor que mis
virtudes, así que me acepto, me acepto, plenamente
me acepto y me esforzaré para avanzar»
Esto último repitámoslo con estas u otras
palabras cada día cuando nos miremos a un espejo o